Nosotros vivimos en una única realidad aunque le demos el nombre de «mundos diferentes», pensando que existen de una forma separada entre ellos, en distintos lugares, como si hubiera lugares llamados: «este mundo», «el mundo por venir», los mundos de Assiya, Yetzira, Beria, Atzilut, el Jardín del Edén, o el Infierno. Nos parece que el sistema de los mundos está estructurado como nuestro universo con muchas galaxias en diferentes lugares, distantes o cercanas la una de la otra.
El espacio espiritual es llamado «lugar», pero un lugar es un deseo de recibir placer. Este cambia de acuerdo a las propiedades adquiridas: cercanas o lejanas del otorgamiento. Sin embargo, un deseo es el mismo deseo que cambia y como resultado llama mundos a sus estados, a los diferentes lugares. Es como la persona que va de un estado a otro y puede decir que se mueve de un lugar a otro.
Desde el principio se nos da un estado llamado «este mundo». En este estado, en esta realidad, nosotros tenemos que conectarnos con los demás, quienes también quieren cambiar esta realidad, es decir incrementar su percepción. Tan pronto como cambiemos nuestros deseos, sentiremos como si estuviéramos entrando en diferentes lugares: volando directamente de un espacio a otro dentro de nuestros deseos, sensaciones.
Además de esto, en realidad no hay otros cambios. Sólo con la ayuda del grupo y de la Luz que Reforma, de la Sabiduría de la Cabalá, del método de corrección; podemos corregir nuestra percepción y sensaciones sin abandonar el lugar donde existimos. Esto quiere decir que en los mismos deseos en los que seremos corregidos, sentiremos de forma distintas, como si estuviéramos en un mundo diferente.
(86444 – De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 24 de agosto del 2012)
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