Volviéndonos hacia el Creador para obtener la Luz para el amigo

La Torá comienza con la condición de amar al otro como a ti mismo. Bajo esta condición la persona llega del amor por el otro el amor por el Creador y alcanza la adhesión. Y la adhesión con la fuerza superior es el propósito de la creación que tenemos que alcanzar.

Por supuesto, no podemos hablar acerca de esto cuando estamos diseminando a las masas. Nosotros ocultamos esta parte de la misma manera que no les decimos a los niños toda la verdad sobre nuestro mundo de una sola vez. Gradualmente, tanto como nos sea posible, revelamos la verdad a las partes del deseo o a las personas que no están dispuestas a escucharla en su totalidad. Nosotros les decimos lo que pueden aceptar, lo que está cerca de ellos, y lo que los beneficiará. Y luego, cuando crecen, les revelamos más y más.

De acuerdo con el principio de amor por el otro, yo debería llegar a un estado en el que todos los deseos del otro se vuelvan para mí más importantes y más grandes que los míos. Yo utilizo mis deseos, mis fuerzas, para servir al otro, con el fin de llenar sus deseos.

De hecho, estamos construidos de tal manera que podamos llenar los deseos de los otros por medio de nuestros propios deseos, pero sólo a través del Creador. No tengo nada que dar a los demás, pero si me dirijo al Creador para satisfacer los deseos del otro, mi vasija de repente parecerá estar diseñada precisamente para esto: para establecer una conexión con el Creador y recibir de Él lo que intento dar al otro.

Por lo tanto, la acción comienza a partir del otro, cuyos deseos quiero aceptar como míos, por encima de mí mismo, para elevar sus deseos al Creador junto con los míos, para recibir las fuerzas y el llenado de Él, y darlas al otro.

Esto nos recuerda acerca de lo que estudiamos durante las lecciones: Maljut asciende a Zeir Anpin y se eleva con ella a Bina. A ellos también se les llama dos hermanos, uno de ellos es el primogénito que toma el doble para crecer y estar listo para realizar un Zivug (acoplamiento) que le permitirá llevar la Luz al inferior. Esto es lo que sucede también en nuestras relaciones. Todas las almas actúan de esta manera.

Por lo tanto, cualquier persona que otorga a otra toma la forma de Zeir Anpin. Y todo el que recibe toma la forma de Maljut, la Shejiná, la cual a conecta con Zeir Anpin, al superior, con amigo  a quien se le da. Por lo tanto, hacemos realidad la teoría que estudiamos durante las lecciones en el Estudio de las Diez Sefirot.

(46661 – De la 5º parte de la lección diaria de Cabalá del 6/27/2011, «Matan Torá (La entrega de la Torá)»)

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