Ynet: “¿Cómo cambiamos la próxima resolución de la ONU?”

De mi columna semanal en Ynet: “¿Cómo cambiamos la próxima resolución de la ONU?”

Janucá simboliza la victoria de los pocos sobre los muchos; la victoria de la elección de los macabeos de la fuerza de unidad sobre las fuerzas de separación. De acuerdo a la sabiduría de la Cabalá podemos cambiar el equilibrio de poder para mejorar sólo si nos unimos, entonces podríamos prevenir que la ONU vote en contra de nosotros. Justo antes de que venga la próxima resolución anti-israelí, el Rav Laitman explica cómo tuvimos éxito en el pasado y cómo podemos tener éxito hoy.

Si el consejo de seguridad de la ONU tuviera que votar acerca del establecimiento de Israel hoy, lo más probable es que la mayoría de los miembros de la ONU votarían en contra y algunos países se abstendrían. Es tiempo de reconocer que el estado judío no tiene muchos amigos verdaderos entre los 193 miembros de la ONU.

Es verdad que Barack Obama, el presidente estadounidense, es el que inició, lideró, y cocinó la última escandalosa resolución anti-Israelí, eligiendo terminar su administración de esta manera. Incluso Gran Bretaña, encabezada por la pro-israelí Theresa May votó en contra de Israel, justo como Rusia dirigida por Putin, el “amigo” de Israel, cada país de acuerdo a consideraciones de conveniencia, justo como es en la política. Pero la “venganza” de Obama es sólo un síntoma. El problema es mucho más grande.  

Si ponemos los intereses aparte, descubriremos que no hay estado o nación hoy en día que realmente apoye a Israel. De alguna manera, tarde o temprano, nos condenan. En algunos países en realidad nos odian y en la mayoría de los países simplemente serían felices si desapareciéramos del globo. Esta ha sido la actitud hacia el estado de Israel desde los días de Ben Gurión y Golda Meir. No puedes conectar el conflicto con el conflicto actual con nuestros primos los árabes dado que a muchas naciones como ellos les caemos peor que a otros. ¿Podría ser que el odio surge de nuestra localización geográfica? Pero también somos rechazados en el exterior… Y es por Israel, el odio ardía incluso antes de que nos asentáramos aquí. Los culpables pueden cambiar cada vez, pero el fenómeno permanece.

Cuando enfrentamos esos momentos significativos en los cuales las oleadas de odio están creciendo amenazando con borrarnos del todo, debemos detenernos por un momento y tratar de entender por qué somos tan odiados y poco dignos ante los ojos del mundo. ¿Existe una raíz para el profundo odio que las otras naciones han estado sintiendo hacia nosotros desde los albores de la humanidad?

La ley del antisemitismo

De acuerdo a la sabiduría de la Cabalá, el antisemitismo, o el anti-israelismo en su nombre moderno, no es un fenómeno pasajero sino una ley de la naturaleza que puede ser medida. Cuando nos unimos por encima de nuestros conflictos y desacuerdos, la fuerza positiva que puede hacer maravillas se difunde por el mundo. Por otra parte, cuando estamos separados y divididos, invocamos una fuerza negativa en el mundo, que regresa como un búmeran y nos impacta con una explosión de antisemitismo.

El odio irracional que está ganando fuerza hoy en día nos recuerda de la manera difícil que tenemos un rol, y aun cuando estaríamos felices de evitarlo, es imposible. Incluso si nos asimilamos o difuminamos nuestra identidad israelí, por siempre seguiremos siendo judíos. Somos la nación portadora de la idea, el ideal social del amor del hombre, la nación y del mundo. Nos convertimos en una nación en base al amor de otros que es expresado en la regla de “ama a tu amigo como a ti mismo”. Sólo si regresamos a realizar este amor podemos apaciguar el odio que el mundo siente hacia nosotros. Los cabalistas nos dicen que nosotros, los judíos, determinamos el destino del mundo. El Libro del Zóhar dice que justo como los órganos del cuerpo no pueden existir incluso por un momento sin el corazón, las naciones del mundo no pueden existir en el mundo sin Israel.

Al unirnos, obligamos al mundo a unirse y una gran abundancia comienza a fluir. Sin embargo, la división entre nosotros divide a las otras naciones del mundo y obstruye los conductos de la abundancia e invoca guerras y odio en la humanidad. El resultado directo e indirecto de este proceso empuja a las naciones del mundo a dañar la raíz espiritual llamada Israel e intentar aniquilarnos, dado que somos percibidos como la raíz del mal en el mundo.

Baal HaSulam, Rav Yehuda Ashlag, el más grande cabalista del siglo XX, dijo que la nación de Israel es una especie de transmisor y al grado en que Israel están unidos, pueden transmitir su poder a las otras naciones del mundo. Él dice que “somos los hijos de la idea” y sólo cuando la realicemos y nos unamos encontraremos paz.

Sin lugar a dónde huir

La resolución del consejo de seguridad de la ONU nos retrocede por décadas. Es suficiente mirar alrededor y ver cómo los países, que ayer eran considerados estables, están desmoronándose y siendo destruidos. Si la presión internacional sobre Israel es ejercida durante un largo tiempo, puede hacer nuestras vidas muy difíciles y regresarnos a los tiempos en que comunidades enteras en la Europa ilustrada fueron destruidas. Aun cuando parece que la nación judía tiene un hogar estable en la tierra de Israel, su éxito y su existencia dependen de la realización de nuestro papel, como Baal HaSulam dijo; construir un modelo de sociedad en Israel basado en los principios de conexión y transmitir este método al mundo, dado que de otra manera todo el movimiento sionista será desintegrado.

El clamor de Baal HaSulam, que advirtió a las personas acerca de los eventos antisemitas del siglo pasado y que conocía las leyes de la naturaleza que operan en la realidad, aún hace eco hoy en día y es más relevante que nunca en nuestros días. La resolución 2334 del consejo de seguridad de la ONU debe ser un recordatorio de nuestro papel: unirnos y ser una Luz para las naciones del mundo -establecer un buen ejemplo de una sociedad corregida en la cual todos viven en amor fraterno por encima de todas las diferencias.

Incluso los vanos intentos de encontrar resguardo a la sombra de la nueva administración dirigida por el presidente electo Donald Trump y esperar que nos salve no hará que nos deshagamos de nuestro deber. Podemos sentir alivio durante un corto plazo, con respecto a nuestra seguridad, pero eventualmente una vez más avanzaremos hacia nuestra fatal elección, justo como lo hicimos cuando por primera vez nos convertimos en una nación en la reunión ante el monte Sinaí.

Entonces, al pie del monte Sinaí, nos las arreglamos para superar la montaña de odio y nos conectarnos como un hombre en un corazón. Si nos conectamos como un manojo hoy en día, seremos capaces de aprovechar a nuestro favor el odio que siente el mundo hacia nosotros. Mientras continuemos tratándonos cruelmente entre nosotros, el mundo será cruel con nosotros. Entonces como dice en las fuentes: “lo principal que protege a Israel de la calamidad es el amor y la unidad, y donde hay amor, unidad y amistad entre el pueblo de Israel, ninguna calamidad puede dañarlos” (“Maor VaShemesh”).
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Del artículo de Ynet, 27/dic/16

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