¡Elige la tierra donde crecerás!

Baal HaSulam, «Paz en el mundo«: Y todos y cada uno de los individuos en la sociedad es como una rueda que está vinculada a otras varias ruedas, puestas en una máquina.

Y esta rueda sola no tiene libertad de movimiento en sí misma ni por sí misma, sino que continúa con el movimiento del resto de las ruedas en una dirección determinada, calificando la máquina para realizar su función general.

Y si hay alguna ruptura en la rueda, la ruptura no se evalúa en relación con la propia rueda, sino de acuerdo a su servicio y rol con respecto a la máquina entera.

La primera parada en el camino del éxito es alcanzar una sensación de que todos estamos conectados, como ruedas dentadas, que no tienen libertad de movimiento en relación con los demás. No puedo girar a menos que haga este movimiento junto con todos los demás. Y si los demás voltean, entonces no tengo posibilidad de no girar con ellos.

Por lo tanto, sólo al alcanzar un mutuo acuerdo podemos lograr el movimiento que será conveniente para todos. Si el mundo revela esta ley, será nada menos que la salvación. Y si revelamos esta en nuestro grupo, entonces seremos capaces de transmitir esa visión en el mundo. Este debe ser el tema principal de nuestra difusión, tenemos que explicar la situación.

Sin embargo, la forma más eficaz de difusión es si revelamos este sentido absoluto, necesario y mutuo entre todos nosotros. Este debe ser nuestro pensamiento principal en eventos tales como el Día de Unidad, el cual está sostenido por nuestros grupos cabalísticos en todo el mundo.

Estamos volviendo a la misma imagen de engranajes interconectados, donde ninguno de ellos tiene su propia libertad de acción. No importa que ilusiones pueda tener cada uno sobre ella o cuan equivocado pueda estar en su ceguera, sigue siendo así.

Por lo tanto, tengo que ajustarme en el grupo con el fin de comprender y sentir cuán dependiente y conectado estoy yo con otros, sin tener ni siquiera un movimiento libre, ni en mi corazón ni en mi mente, y en ninguno de mis deseos, cualidades, pensamientos, y planes. Todo lo que deseo, lo que sueño hacer, o hago, en última instancia depende de los demás y no podre hacer nada a menos que llegue a un acuerdo mutuo y de paz con ellos.

La realización de la dependencia mutua en el grupo, en la sociedad, o en toda la humanidad es la clave para corregir al mundo y corregir al hombre. Sin embargo, si estoy sin corregir, entonces, por un lado, esto depende de la sociedad porque es la sociedad la que me ha corrompido. Después de todo, una persona es producto de la influencia social. Sin embargo, ¿no puedo elegir esa sociedad y no está en mi poder influirla?

Una persona no puede desconectarse de su sociedad, tanto en el buen sentido como en el malo. Por lo tanto, no existe una valoración de una persona particular, sino sólo de su libre elección, es decir, que sociedad ha elegido él para su crecimiento.

(30831 – De la parte 4 de la lección diaria de Cabalá del 12/26/10, «Paz en el Mundo»)

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