¿A quién y a qué le sirve mi singularidad?

Pregunta: Basado en mi experiencia en la enseñanza, veo que la Cabalá revela la singularidad de un individuo, pero lo hace a su manera. ¿Cuál es el secreto aquí?

Respuesta: Mi deseo de exclusividad viene del Creador, pero de una forma deteriorada. Me doy cuenta de ello a través de ejemplos: Yo aprendo del mundo cómo ser exclusivo. Por ejemplo, quiero ser un futbolista famoso, seguir las últimas tendencias de la moda, me atrae la riqueza, la fuerza, el engaño, o sueño con una carrera de mafioso o de rector de la universidad.

En cualquier caso, aprendo del entorno que me impone ciertos valores. Ellos me jalan hacia lo que me conviene más, de acuerdo con mi naturaleza. Cada uno es impresionado por algo más, por lo más importante, por demostrar la propia excepcionalidad.

Así, durante mi desarrollo, la sociedad me dicta cánones, y tengo que expresar mi singularidad de acuerdo a ellos. No puedo decidir nada por mí mismo. Por ejemplo, si hubiera nacido en Colombia y me encontrara en el medio ambiente de los traficantes de drogas, yo los seguiría, soñando con una carrera emocionante de un barón de la droga porque yo vi otros ejemplos.

Resulta que en este mundo, lanzo mi singularidad a merced de la sociedad. Me parece que me elevo por encima de todos, pero en realidad, les sirvo a ellos. En última instancia, hago lo que ellos quieren.

Por otro lado, al desarrollarme espiritualmente, recibo del entorno la realización de la grandeza del Creador, la grandeza de la deseo de otorgar. Esta es una idea abstracta, y no sé lo que es. A través del estudio, recibo la Luz que Reforma. Una vez más, no tengo ni idea de lo que es y siento sólo el resultado de su influencia.

¿Qué evoluciona en mí? Es el punto en el corazón con sus «genes espirituales». Por lo tanto, yo me desarrollo y realizo mi exclusividad sólo en la espiritualidad. Aquí, todo es decidido por la Luz que Reforma. Corrijo sólo mi forma externa, y mi «yo» se desarrolla dentro.

Si pudiéramos reconocer nuestros «genes espirituales», cada uno se vería a sí mismo en el estado final, en la forma en la que él o ella deberían ser. Sin embargo, surge una pregunta: ¿Cuál es mi singularidad? Si ya está incorporado en mí, ¿Dónde soy yo mismo?

Me expreso a mí mismo, en la realización de mi propia exclusividad. Atraigo la Luz para hacer crecer un humano desde mi «semilla espiritual» y por lo tanto adquiero una adición a mis estudios,  el coeficiente de desarrollo: la adhesión con el Creador, Su forma, la capacidad de estar en Su lugar.

Por lo tanto, en realidad cada uno de nosotros realiza su excepcionalidad con el fin de llegar a ser como el Creador, de llegar a la adhesión. Yo no estoy creciendo sólo en tamaño a lo largo del camino, obtengo todo lo que Él tiene, me invisto en Su vestidura.

(43309 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/17/2011, Escritos de Rabash)

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