¿Dónde está nuestra libertad?

Nosotros ya entendemos que el libre albedrío no es un término simple. Nacemos con los atributos que no elegimos, en una familia y condiciones que no elegimos, tenemos una educación que no elegimos… en resumen, fuimos formados y se moldeados sin tener libre albedrío.

Como resultado, la persona en este mundo es «cocinada» por sus padres, el medio ambiente y la sociedad… así que no tiene libertad y no podemos exigir nada de ella, después de todo, es una máquina. A ella le parece que tiene sus propios pensamientos, sus propios deseos, sus propias obras, pero en realidad estas son inevitables y se ve obligado a actuar de esa manera.

Así que, ¿cuál es el punto de la creación? Estamos hablando de un pensamiento de la naturaleza, sobre el deseo, la intención, la gran sabiduría. De hecho, el Creador, la Fuerza Superior, por definición, tiene una gran sabiduría, mucho más que toda la creación que está por debajo de Él.

Cuando estudiamos el mundo, descubrimos una inconcebible sabiduría en ella. Sólo conseguimos «rasguñar» la superficie y toda nuestra ciencia está basada en eso. De hecho, no hemos empezado a descubrir las verdaderas fuerzas, las relaciones reales, las formas reales y la conexión que existe en esta realidad.

Entonces, ¿por qué el Creador creó el mundo? ¿Para que los seres creados siguiéramos un plan preestablecido? Después de todo, el principio y el final ya los conocemos, y todo está predeterminado y no tenemos nada que decir ni libre albedrío. Todo nuestro desarrollo está predeterminado. Y para el Creador del concepto de tiempo no existe.

Así que todo esto es inútil. ¿Pueden los seres creados hacer algo de forma independiente, de alguna manera o en algún momento? ¿Algo para lo cual valiera la pena crearlo, junto con toda esa realidad?

La pregunta básica es: ¿Dónde está nuestro libre albedrío por el cual el Creador lo creó todo? Los mundos espirituales, las innumerables formas y fenómenos del universo corporal en el que vivimos, ¿todo esto sólo para que la persona realice alguna acción independiente en algún breve momento de su vida? Este es el momento que le da a todo lo demás un significado.

En la actualidad este momento es evasivo y nos deja una pregunta para la que no tenemos respuesta. Pero si encontramos el punto en el que podemos añadir un gramo por nosotros mismos, entonces toda la realidad se iluminará y tú descubrirás su maravilloso e infinito llenado….

Así que tenemos que encontrar dónde está nuestro libre albedrío. Si comprobamos esto, de manera lógica, la realidad no puede existir sin esta opción. Después de todo, no habría ninguna razón para que la sabia naturaleza creara las cosas de otra manera. En tal caso, no tendrían sentido sus acciones.

Tenemos que buscar nuestra libertad. Sin ella nuestra vida permanecerá programada, planificada, y nosotros seguiremos siendo manejados como marionetas. Tenemos que buscar el punto del libre albedrío y realizarlo. Este es todo el designio del hombre.

¿Qué es esa libertad? ¿Libertad de quién? ¿Del Creador y de sus órdenes? Por supuesto, mientras yo esté pegado a Él, yo no soy yo. Él me mueve. Así que tengo que ser libre, no de las demás personas, ni siquiera de mí mismo, sino sobre todo de Él. El Creador ha creado un cierto estado en el que yo puedo separarme de Él, de su control. Entonces seré libre.

La pregunta es: ¿Qué hago con esta libertad? ¿Qué nuevas habilidades adquiero? ¿Con qué pensamiento, con qué sentimiento, y con qué acciones puedo llenar el vacío que repentinamente se reveló para mí?

Hablaremos de esto en otro momento.

(64574 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 28 de Diciembre del 2011, Baal HaSulam, «La Libertad»)

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