El trabajo diario en aras de la corrección final

Dr.Michael LaitmanNosotros representamos el adaptador entre el Creador y la creación, un enlace de conexión, la nación elegida, el «reino de sacerdotes». Somos aquellos que recibieron esta misión del Creador y cada día debemos escuchar de nuevo estas instrucciones del Monte Sinaí, entender que el mundo entero no es nada sino un deseo de recibir que lo percibimos dentro de nosotros en formas del inanimado, vegetativo, animado y humano de la naturaleza. Nuestra misión es traer todos estos niveles a la adhesión con el Creador.

Las otras personas no tienen ningún libre albedrío, ni pensamientos ni acciones independientes; nada hay bajo su control. La fuerza superior actúa dentro de ellas y las pone delante de nosotros con el fin de darnos trabajo, que es conducirlos hacia el Creador. Por medio de este trabajo, alcanzaremos la misión exaltada que descansa sobre la nación de Israel.

Nosotros debemos tener esta perspectiva con relación a toda la realidad y al cuadro completo que se nos presenta dentro de nuestro deseo de recibir. No importa cómo nos imaginemos las acciones en la difusión en el trabajo para alcanzar la unidad y buscar la fuerza superior que nos corrige y nos une, nos lleva a una buena vida, pero naturalmente por medio de todo esto insinuamos la adhesión con el Creador.

Ante nuestros ojos todo el universo está dividido en dos mitades: El Creador y el deseo que debe llevarse a la adhesión con Él. Por medio de este trabajo alcanzaremos la adhesión con el Creador. Tal es nuestra misión y este es el único trabajo que existe en realidad. Después de todo, todo lo demás se desarrolla simplemente en concordancia con el programa de la creación en el que no hay libre elección o trabajo por parte de la criatura.

Cada vez que hacemos un llamado a las personas, a la nación física de Israel o a las naciones del mundo, en todas ellas, debemos ver el deseo que tenemos para llevarlas a la adhesión con el Creador. Y aunque estamos hablándoles a las personas en términos simples, siempre debemos recordar al Creador y que Él ordenó este trabajo y nos eligió para ser Sus servidores y Su nación sagrada, es decir un regulador o Sus representantes. Además de Él, existe lo «material» sin libre albedrío, es decir todos aquellos que no poseen el deseo de estar más cerca del Creador, y nosotros tenemos que llevarlos a esta adhesión.  Allí se encuentra nuestra misión.

La persona que lleva a cabo este trabajo y trata incluso en la forma más externa de llevar esta «materia humana» al Creador, está realizando la misión más importante. Aunque esto sea sólo el principio, es más importante que cualquier otra cosa. Debemos entender, sentir y establecer nuestra intención para que nuestra acción principal incluya el resultado final, el cual es llevar a la naturaleza inanimada, vegetativa, animada y hablante a la adhesión con el Creador. Al comienzo de cada acción debemos entender que lo estamos haciendo en aras de la corrección final.
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De la preparación para la Lección diaria de Cabalá del 8/15/13

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