Es muy difícil sentir y entender lo que es el alma, sin embargo, los cabalistas nos dicen que el alma es una parte del Creador, el atributo de otorgamiento. Cuando el deseo de recibir placer toma la forma de otorgamiento, empieza a trabajar como un deseo de otorgar. Como resultado, siente alguna semejanza con el Creador como si fuera parte de Él.
A cada vez que sentimos un cambio interior, tenemos un alma nueva y diferente. Durante cada una de nuestras acciones para fundirnos con la Luz, nacen veinticinco nuevos Partzufum espirituales, o almas. Así que, ¿cómo es posible identificarnos en el mundo espiritual? En este mundo material nos identificamos gracias a todo lo que percibimos actualmente como propio, como serían las partes de nuestro cuerpo (las piernas, los brazos, la cabeza, etc.). En tanto estemos vivos, el mismo cuerpo permanecerá con nosotros hoy y mañana y el día siguiente.
Sin embargo, ¿qué es “lo nuestro” en el mundo spiritual? ¿Lo que queda de nosotros del estado anterior, si constantemente recibimos diez nuevas Sefirot y una nueva profundidad (Aviut) del deseo, con nuevas cualidades, una nueva pantalla, y una nueva Luz? ¿Hay algo que quede para sentir que somos “nosotros” quienes avanzamos en lugar del nacimiento de alguna otra alma?
La verdad es que en la espiritualidad, cada día y cada instante, tú eres una persona nueva. Nunca queda nada de ti del pasado. Es lo contrario a nuestra vida material. En la espiritualidad todo se renueva constantemente, excepto el punto inicial en el corazón.