A pesar del egoísmo, todos los pueblos sobre la Tierra necesitan unirse

El problema con la humanidad es que desde hace tiempo tendríamos que haber creado ciertos objetivos de desarrollo para nosotros mismos y ahora no podemos porque el siguiente grado no está en la misma dirección ni en la perspectiva que en los niveles previos de desarrollo. Antes crecíamos instintivamente bajo la presión de la naturaleza y todo estaba bien. En cierta forma más o menos pensábamos, más o menos hacíamos, más o menos realizamos revoluciones. De hecho no lo hacíamos  “nosotros”, en absoluto. 

Aquí no hay libre albedrío, pero así nos parece porque el desarrollo tuvo lugar de acuerdo a nuestro creciente egoísmo, que constantemente aumentaba en nosotros. Sólo estábamos buscando la mejor forma de realizarlo. Y así lo hicimos, algunos de esta forma, otros de aquella forma, según su información natural interna a la que llamamos mentalidad, una particularidad. 

Pero ahora debemos ascender a otro grado y, contra nuestro egoísmo, construir una sociedad conectada, algo que no se hizo en la antigua Babilonia. Luego, se nos dió la oportunidad de separarnos unos de otros y por consiguiente, no necesitamos adaptarnos juntos. 

Y hoy hemos llegado de nuevo a la necesidad de la completa comunicación. ¡Absolutamente completa! Pero la tenemos unilateral, económica y egoísta. Tenemos que hacerlo diferente, exactamente de acuerdo a la condición de la antigua Babilonia, como Abraham le dijo a todos los babilonios, todos los pueblos sobre la Tierra necesitan unirse y ser amigos, volverse “como un hombre con un corazón”, un deseo, una familia. 

 

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