Aprendiendo a ver el mundo superior

Dr. Michael LaitmanPregunta: En nuestro grupo tenemos una situación en la que algunos quieren difundir, pero no puede, y otros no pueden ni quieren. ¿Cuál es su consejo para aquellos que quieren hacer difusión, pero mientras tanto son incapaces de obligarse a sí mismos a hacerlo?

Respuesta: Está prohibido obligar a alguien. Pero las personas que quieren difundir deben hacerlo. Nadie tiene el derecho de restringir y obstaculizar a alguien; la instrucción ya ha sido dada para todos que se involucren en la difusión. El que aún esté en contra de ésta, que siga en contra; es su propio asunto. Pero de ninguna manera puede alguien obstruir los demás; de lo contrario debemos expulsarlo del grupo.

Si la persona no quiere difundir, ella se sienta en silencio, y mientras tanto no siente la importancia de ello, a pesar de que ve que todos están involucrados en esto, mientras que ella es tan especial y no tiene ningún deseo por esto, nosotros dejamos que se quede. Esperamos que caiga en cuenta y cambie. O tendrá que dejar el grupo, o bien con el tiempo, también comenzará a participar en la difusión.

Hay personas que no saben cómo hablar y tampoco necesita saber cómo hacerlo: ellas ayudarán de alguna otra manera. Un grupo que no difunde, gradualmente se vuelve más débil y las personas se van. Ellas dejan de sentir la necesidad; no hay un nuevo deseo, ni sangre nueva. Ellas no trabajan con el público ni tienen nada que hacer; se vuelven amargadas: «¿Cuánto podemos aprender las mismas cosas, cuánto podemos hablar de las mismas cosas?»

Y la tarea más importante está aún ante todos nosotros: organizar talleres para las masas, por lo que la unificación crea dentro de ellos una sensación totalmente nueva, un nuevo poder, un nuevo nivel de existencia. Ellos comenzarán a elevarse por encima de sí mismos, aparecerán en ellos pensamientos totalmente nuevos, una nueva perspectiva, una nueva mente compartida.

Todos los mundos superiores existen en nuestro mundo, esto también están ahora aquí. Pero las personas no los ven, ellas no tienen las «gafas», esta visión, no están listas para discernir en esta frecuencia. Ellas ven todo en un determinado rango de frecuencia, pero no tienen el «equipo» para ver el mundo superior.

Nosotros tenemos que llevar a la humanidad a tal estado. Después de todo, luego de una serie de talleres (incluso después del primer taller) las personas comienzan a sentir que algo las llena desde adentro. Ellas empiezan a ver las cosas de una manera completamente diferente, con otra perspectiva del mundo; comienzan a pensar y a hablar de otra manera, se sienten como si estuvieran flotando sobre un colchón de aire. Después de eso, se hace posible hablar con ellas de otra manera.
(117244)
De la Convención en Estocolmo «Alegría en Unidad» del 8/31/13, Lección 4

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