Comentario
Cuando el individuo comienza a estudiar Cabalá, como regla, deja de ver las cosas que existen en el mundo corporal. Es como si desapareciera y no quiere conectar con este mundo. Parece que ha descubierto algo nuevo para sí, pero que el resultado es lo opuesto.
Mi Respuesta:
Como resultado, un egoísmo más grande empieza a manifestarse en él, dado que tiene que ascender al próximo grado.
Pero él está del otro lado, no funciona sobre el egoísmo creciente y se queda ahí. Por lo tanto, el mundo corporal le empieza a atraer cada vez más y de nuevo, se sumerge en un nuevo egoísmo.
Ve de pronto, todo tipo de entretenimientos del pasado satisfactorios, y alcances más disfrutables que antes. Previamente los rechazaba, pero ahora, vuelve a tenderles la mano, porque en él creció a propósito el egoísmo, ¡para que pudiera estar por arriba de este! Pero no lo hace y permanece en él.
Pregunta:
¿Todo el mundo pasa por esto?
Respuesta:
¡Seguro! Usualmente el 90% de las personas que estudian Cabalá no pasan esta fase y regresan a su vida y al egoísmo creciente. Agregaron un poco de egoísmo a sí mismos, a partir de la práctica de la Cabalá, no lo pudieron superar y regresan a sus asuntos mundanos: algunos a pintar, otros a dirigir negocios y otros a hacer cualquier otra cosa.
Pero si una persona estaba seriamente incorporada al grupo, se sobrepone al ego y sigue adelante. Es a base de este tenedor, de estas tijeras, que desciende.
Leer más sobre El espejo de mi ego – Blog de Michael Laitman
