Aspirando avanzar

Dr. Michael LaitmanCuando hablamos de las fuentes de la sabiduría de la Cabalá, de la civilización y del pueblo judío, debemos entender que no se trata de historia o filosofía, sino de asuntos reales que están conectados directamente con nuestra vida y nuestro bienestar. Los procesos que se iniciaron en la antigua Babilonia están llegando a su inevitable final.

Durante esa crisis, hubo dos hombres, o más bien dos pensadores, dos gobernantes, uno material y uno espiritual, Nimrod y Abraham. Eran maestros, líderes de su generación, que simbolizaban dos enfoques de la evolución, dos corrientes en la humanidad. Es más, Taré (Téraj) el padre Abraham, era el mentor espiritual de Nimrod.

En principio Abraham pertenecía a la corriente de Nimrod, hasta que descubrió el sistema que rige la creación. Por lo tanto, se separó de su padre y se volvió opuesto a su padre Taré y a Nimrod.

Nimrod creía que tenemos que usar nuestro ego tanto como sea posible mientras se mantiene el orden público, pero permitiendo la competencia. A pesar de que no había prácticamente ninguna competencia en la antigua Babilonia, el ego de pronto estalló y surgió allí en todos y cada uno y en todos juntos. Nimrod sugirió usarlo para competir, para desarrollarlo y utilizarlo para llegar a nuevas alturas y regocijarse con su crecimiento.

Sin embargo, con el fin de llevarse bien unos con otros, tuvieron que dispersarse un poco, como los residentes de un apartamento colectivo que lo dejan y se van a una propiedad privada; entonces todos son felices e incluso permanecen en contacto, aunque anteriormente no se hablaban ni se saludaban unos a otros durante años, etc.

Nimrod es el reconocimiento de que existe un ego que nos separa. «Bueno, si el ego nos separa, separémonos». Es muy lógico, muy corpóreo. Esta es la posición de Nimrod.

La posición de Abraham era totalmente diferente: No hay necesidad de que nos separemos, sino más bien de que nos conectemos, y luego, en la conexión mutua correcta, encontraremos el camino hacia el próximo estado, hacia un estado llamado realmente Adam (un ser humano), derivado de la palabra hebrea «Domeh», asemejarse a la naturaleza superior.

Llevaremos a la humanidad hacia la homeostasis, hacia la armonía con toda la naturaleza no sólo con nuestra naturaleza. Estableceremos la armonía entre nosotros, incluyendo en ella al ego (después de todo, no podemos escapar de él), de tal forma que lo incluyamos de manera correcta, trabajemos por encima de él, y lo utilicemos correctamente, es decir, no en aras de la competencia, sino para la conexión entre nosotros contra nuestro amor propio que nos separa.

Aquí utilizamos un método totalmente diferente y activamos las fuerzas que son opuestas en la naturaleza: el más (+) y el menos (-), la atracción y el rechazo, etc. Nosotros equilibramos las dos fuerzas opuestas entre sí y con el tiempo descubrimos una existencia totalmente nueva, que es altruista, no egoísta. La creamos por nosotros mismos, por encima de nuestro ego con ayuda de él. Por lo tanto, el ego es llamado ayuda en contra. Eso fue lo que dijo Abraham.

En general, Nimrod ofreció una solución parcial: que nos alejáramos un poco unos de otros, que compitiéramos unos contra otros y viviéramos una buena vida, etc. Al mismo tiempo, poblamos la tierra y nos multiplicamos, puesto que el ego se volvió hacia diferentes direcciones: queremos más hijos; queremos construir más, crear más, conquistar más, etc. Por lo tanto, el ego lleva a la persona de una pequeña casa en la aldea al dominio, las conquistas, y así sucesivamente.

Pero esa todavía no es la solución al problema, sino simplemente el llenado de lo que despierta en mí ahora, es decir, los impulsos y las fuerzas egoístas que se esconden en mí. Por lo tanto, esa no es una solución global, ni la salida al siguiente nivel de existencia; no mira hacia el futuro.

Por otro lado, Abraham no demuestra su enfoque. Su prueba es lógica, mientras que Nimrod es práctico. Nimrod es materialista, mientras que Abraham es en realidad un idealista, hasta cierto punto. Afirma que si ascendemos por encima del ego, alcanzaremos el siguiente nivel de existencia. Toda nuestra civilización puede ascender a este nivel.

Sin embargo, el ego que está revelándose en nosotros y que nos separa de la existencia corporal no puede utilizarse como estamos acostumbrados a hacerlo porque, al final, sólo nos haremos daño unos a otros cuando tengamos que juntarnos de verdad. Cuando nos reunamos, seremos semejantes a la grandeza de la naturaleza que es totalmente global, integral, y que está en completa armonía.

La naturaleza general y su única fuerza es llamada nuestro Creador. En la medida en que nos parezcamos a esta inmensa creación y a esta fuerza, empezaremos a revelarlo y a adaptarnos a él, a conectarnos, a parecernos, y a acercarnos a ella. Entonces comenzaremos realmente a sentir al mundo en el que vivimos, la pequeña tierra y las relaciones entre nosotros, y a ascender hacia una nueva dimensión.

Pregunta: Lo qué dice Nimrod tiene sentido y todos lo ven. Es posible sentirlo. Si nos separamos realmente seremos mejores. Hoy en día cada uno de nosotros vive en su propio país, en su propia casa, en su propia esquina, y nos gusta esto. ¿Quiénes son las personas extrañas que siguieron a Abraham?

Respuesta: Imaginen que hay quienes sienten que les falta algo en la evolución egoísta y no se sienten  satisfechas con ella. El ego, que está oculto en los pocos que se unen a Abraham, les dice: ustedes deben salir, alcanzar, conquistar y desarrollar… pero hacia arriba. Esto significa no en el sentido corporal, sino en saber quiénes son, de dónde vienen, y para qué viven.

Quiero avanzar en la línea de tiempo y saber qué hay más allá del mundo en el que vivimos. Quiero entender de dónde viene todo esto y a dónde puedo llegar al final.

El punto es no desarrollar los deseos que están en mí en este momento. Supongamos que yo los desarrollo y tengo una villa en vez de un apartamento pequeño y me vuelvo un gran científico, un experto de primera clase y todo lo que ello implica… veo esta imagen y no es suficiente.

Pregunta: Esto significa que ve usted a la gente que se negó a seguir la lógica materialista simple como personas sabias que pueden ver lo que les depara el futuro.

Respuesta: Ellos no sólo ven el futuro como Nimrod, cuya decisión pospuso la necesidad de afrontar el problema desde hace miles de años. Se trata de personas con un deseo egoísta diferente, que entienden por qué las otras personas siguen a Nimrod, pero tienen que encontrar una respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida. Ellas no están interesadas ​​en vivir una vida mejor, sino en el sentido de la vida y aquello a lo que apuntan está en todo lo que hacen.

Si no resuelvo esta cuestión, yo simplemente no tengo fuerzas para actuar. Cuando no hay un significado, esta vida no me interesa. Es insípida y sin sentido y no hay aspiraciones. «Así que estudiaré, trabajaré y me mantendré yo mismo de alguna manera…», pero este en realidad es un estado de depresión. Tengo que saber para qué necesito todo esto. El final de mi vida, el cual se supone que es en otros treinta o cincuenta años, está aquí y ahora y yo me preocupo por lo que hay más allá de eso. En otras palabras, tengo la sensación global en mi ego que no está limitado por la vida ordinaria: un hogar, una familia, etc., y por lo tanto no puedo seguir viviendo así.

Hay gente así. Rambam (Maimónides), el gran cabalista del siglo 11, dice que Abraham recogió cerca de 5.000 partidarios que concordaban con él. Ellos sentían que les convenía y que él pensaba como ellos y había encontrado una forma de trabajar con el tipo de ego que los caracterizaba, es decir con el ego que quiere saber: «¿Para qué vivo, y qué se oculta detrás de eso; quién me eleva y hacia donde me dirijo? etc.».

Pregunta: Resulta que los que seguían a Abraham eran todas las diferentes personas deprimidas que no estaban satisfechas con lo que este mundo puede ofrecerles.

Respuesta: Precisamente. Se sintieron vacías y lo siguieron y él los sacó de sus hogares hasta el desierto.

Abraham les enseñó a sus alumnos que es posible avanzar sólo al ascender por encima del ego y por medio del uso correcto de él. Nimrod se desarrolló utilizando el ego y nosotros también, pero nosotros nos desarrollamos por encima de él. Él está dentro del ego, mientras que nosotros estamos por encima del ego.

Este sistema funcionaba en ellos, a pesar de que su vida no era tan fácil: un desierto en el exterior y un desierto en el interior. Por otra parte, Nimrod llevó a sus partidarios con banderas rojas y consignas de «avance» hacia la victoria de los trabajadores egoístas, hacia metas claras y satisfactorias. El entorno los apoya y todos están contentos, avanzando y cantando alabanzas a Nimrod.

Aquí, sin embargo, el desarrollo es diferente, en el vacío. Después de todo, ustedes no se desarrollan en el ego, así que tienen que encontrar otro punto de desarrollo, el cual se revela al salir de uno mismo y conectarse con los demás. Todo su trabajo es crecer fortalecidos y construir la salida a partir de sí mismos.

Es más, el ego ve como si este trabajo no condujera a ninguna parte y nunca produjera ningún resultado positivo. La fórmula habitual: «trabajen un poco y entonces recibirán un pago», no funciona aquí. En la vida común ustedes pueden esperar un mes o un año, el ego simplemente entra en un proceso de preservación y espera a sabiendas de que con el tiempo reciba el pago y que cuanto más espere mayor será la recompensa.

Pero aquí todo es diferente. Aquí ustedes nunca reciben nada en sus deseos actuales porque son egoístas. Tienen que salir de ellos y establecer una dimensión totalmente nueva por encima de ellos, existir en un nuevo nivel. Toda su existencia se centra en el otorgamiento y todo su placer y su llenado serán con el fin de otorgar. Cuanto más placer pase a través de ustedes hacia los demás, mejor será el resultado.

Pregunta: Entonces, ¿qué le daba energía a estas personas? Ellas trabajan constantemente y no reciben nada…

Respuesta: Ya es un desierto espiritual, un vacío interior, y lo que les da energía es la atracción, la convicción interna de que no hay otro punto de nuestra existencia, ¿para qué? ¿Se trata de correr como todos en busca de ganancias?

Hay muchas personas en este mundo que viven de acuerdo a un principio diferente, como los artistas y pintores, por ejemplo. Ellos tampoco persiguen objetivos materiales, sino que buscan una recompensa más interna que les traiga gran placer, aunque sea egoísta.

Aquí, sin embargo, tenemos que crear vasijas de percepción totalmente nuevas que son externas a nosotros. Si nos conectamos, se creará un estado en el que estoy dispuesto a darlo todo a los demás y a existir exclusivamente en ellos, en el cual mi «yo» se derrite y desaparece totalmente en ellos. Pero entonces un nuevo «yo» existe en ellos y yo comienzo a sentir que soy verdaderamente libre de mi naturaleza actual.

Esto es lo que ellos quieren. Esto es lo que Abraham les enseña: la forma en que todos pueden salir de sí mismos con la ayuda de otras personas que les ayuden a exponerse a sí mismos y a deshacerse de las viejas «vestiduras».  Él no puede hacerlo por sí mismo, pero juntos se deshacen de las cadenas de su ego, y cuando eso sucede, ellos se vuelven figuras espirituales reales.

Se deshacen de sus vestiduras egoístas, utilizándolas correctamente, ya que están por encima de ellas, y se conectar con su nuevo impulso. Entonces, a diferencia de los seguidores de Nimrod que establecen una comunidad egoísta, ellos juntos establecen una comunidad altruista que se funde en un todo, porque cada uno sale de sí mismo hacia los demás.

Entonces empiezan a sentir, a aceptar, y a ser llenados por la fuerza de la naturaleza que existe y rodea toda la realidad, incluyendo nuestro mundo egoísta, los deseos egoístas y la forma en que la imaginamos, pero esta fuerza no la sentimos aquí dado que no podemos sentirla sin tener una vasija adecuada para sentirla. Allá sin embargo creamos nuevos sentidos que se asemejan a la fuerza integral. Esto le llamamos que el Creador se inviste en los seres creados.

Pregunta: Esto significa que ellos no reciben placer.

Respuesta: Ellos reciben gran placer; llenado absoluta para todos sus deseos, pero no en los viejos deseos que nunca estuvieron destinados a recibir nada. Cuando atraviesan el desierto, dejan de ser criatura receptoras para convertirse en criaturas otorgantes, y se unen al trabajo con el fin de otorgar, junto con gente como ustedes, empiezan a ver el mundo como un mundo de fuerzas en vez de un mundo corpóreo: un gran número de fuerzas existentes en perfecta armonía, y ahora ustedes son parte de ellas. A esto es a lo que le llamamos el mundo espiritual.

Esto es lo que enseñó Abraham. Esta fase es llamada Adam (hombre), similar (Domeh) al Creador, a la fuerza única.

El vacío que ellos sintieron se convierte en la vasija en la que ahora entra el placer. Se llenan de alcance, conexión, sensación común, y mutualidad, cuando todas las fuerzas, los atributos y la energía de la naturaleza, no de la naturaleza de nuestro mundo, sino de la realidad general, pasan a través de ustedes. Existen en una nueva dimensión que es eterna y plena.

Pregunta: ¿Sintieron ellos todo eso cuando siguieron a Abraham?

Respuesta: En principio sabían que sin este alcance la vida no tenía sentido. Ellos no sabían nada más que eso. Es posible que de alguna manera lo hayan adivinado al sentir que había algo más allá de esto, pero en general, fue el ego por supuesto lo que los empujó hacia adelante.

Este grupo se convirtió en el fundamento de la nación judía. El pueblo judío son esas 5.000 personas que se reunieron en un todo por encima de su ego en un anhelo altruista por un deseo común, un pensamiento común, como un hombre con un corazón, en un solo pensamiento. Israel es llamado «Yashar El»,directo al Creador, y la conexión general es llamada Adam.

Por lo tanto, a pesar del combustible egoísta, esta conexión, esta nación, se creó y se consolidó según una perspectiva espiritual que es altruista y no egoísta. Ellos venían de diferentes tribus que vivían en Mesopotamia y eran personas totalmente diferentes. Incluso hablaban diferentes lenguajes que apenas se formularon en ese momento. No tenían nada en común, excepto su anhelo de avanzar.

Abraham unió a todas estas personas, y ellos recibieron un lenguaje común, el hebreo, puesto que este es el código más preciso y más corto que se deriva de su realización espiritual, en el cual es posible transmitir discernimientos espirituales, matemáticas espirituales, la combinación de diferentes fuerzas. Por lo tanto, este lenguaje fue creado a partir del anhelo diario por avanzar hacia la conexión.

(142040)
Del Kab.TV «Babilonia ayer y hoy» del 8/18/14, Parte 2

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