Cada uno tiene su propio juguete

Pregunta: ¿Qué nos hace crear «ídolos» y asignar propiedades espirituales a las cosas y a las acciones materiales?

Respuesta: Nosotros somos como niños: cada uno de nosotros lleva consigo un chupete, una muñeca o un juguete. Los que no han crecido aun, necesitan algo que puedan sostener. Ellos necesitan algo a lo que estén acostumbrados, que está entrelazado con la casa de sus padres, algo familiar y reconfortante.

Nadie sabe cómo comportarse, qué decir, y qué esperar al llegar a un lugar nuevo y desconocido. Uno siente incomodidad, no se puede relajar y se pone nervioso. Es muy diferente en casa, donde todo es conocido, claro y fácil. Hablamos un mismo idioma con nuestros amigos y familiares.

Estamos hechos de manera similar al reino espiritual, que es el origen de ese orden de cosas. ¿Cómo podemos aguantar una situación que es opuesta a nosotros? Con el fin de familiarizarse uno mismo con el entorno, se necesita algún tipo de fundamento que se hace generalmente de símbolos sencillos. Cuanto más alejadas de la espiritualidad estén las personas, más débiles son y tanto más dependen de los objetos externos. El público en general tiene una necesidad de confiar más en ellos, mientras que los individuos dependen menos de ellos.

Todas las tradiciones externas del judaísmo comenzaron en el momento de la destrucción del templo. Antes de ese período de tiempo, los símbolos materiales no eran necesarios ya que la gente vivía en la espiritualidad.

(67149 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/15/12, «Introducción al Estudio de las Diez Sefirot»)

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