La espiritualidad toma la forma que usted construya para ella con sus propios deseos. Lo único que recibe desde Arriba es un registro informativo, un Reshimo, pero después nosotros mismos tenemos que edificar la forma. Además, si lo solicitamos, también recibimos de Arriba la fortaleza y la inteligencia para implementarlo
Algunas personas piensan que repentinamente desde Arriba caerá un mundo todo acabado. Pero es inútil esperar que esto ocurra. Tenemos que construir el mundo espiritual con nuestro propio esfuerzo. Debemos dibujar este mundo nosotros mismos teniendo como fondo la Luz.
En la medida que yo me esfuerce, dibujo la imagen del Nivel Superior y gradualmente se vuelve verdadera. Hago todo lo que está en mi poder, como imaginar diversas formas. Algunas veces, soy bueno en la tarea y algunas veces, malo y otras más me equivoco. Las creo y las borro una y otra vez hasta que alcanzo el éxito.
Durante el proceso de este trabajo, de pronto percibo que el Nivel Superior empieza a brindarme su ayuda. Se reviste en mí como un guante en una mano y trabaja de esta forma. Me ayuda como una madre jugando con su hijo, ayudándole a construir una casa con piezas de Lego. Cuando intento hacer algo y tengo éxito siento que es el Nivel Superior que me ha ayudado a comprender que las cosas no eran así y que en realidad eran todo lo contrario.
Sin embargo, todo esto ocurre gracias a mis esfuerzos, porque intento construir algo. El Nivel Superior evoca el inicio de mi esfuerzo interior pero yo soy quien tiene que continuar. Tengo que encontrar el «brote» y empezar a trabajar con éste. Ese es el significado del versículo, «Yo, el Creador soy el primero y el último».
La forma de edificar el lugar en donde el Creador se revelará es construyendo una conexión con nuestros amigos. Así es como creamos «la imagen del Creador» utilizando nuestra propia materia. Sin eso, Él no tiene imagen. Yo lo proyecto a Él en mi mismo, en mis deseos, en esa parte de mí que puedo hacer semejante a Él.
Entonces, empleando este deseo como base o como pantalla empiezo a ver una «imagen» de Él. Empieza a proyectarse en esa pantalla como una fotografía sumergida en un líquido para revelado. Esta imagen, que aparece en mi pantalla se llama la «Luz Reflejada». Así es como recibo dos fuerzas: la «pantalla» y la «Luz Reflejada».
Pero todo esto tiene que venir de mí. Por eso es que se requiere un período de preparación de tres a cinco años para entrar al mundo espiritual. El período de ocultamiento es cuando efectúo intentos por construir esta imagen. Y después se revela el mundo espiritual.
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