Pregunta: En el mundo corporal siempre tenemos toda clase de necesidades y estamos tratando de satisfacerlas. En el mundo espiritual, al contrario, hay una abundancia de placeres y sólo necesito desarrollar dentro de mí un deseo para ellos. ¿Es así?
Respuesta: Imagina el mundo espiritual como una tienda que tiene todo en abundancia, pero no tienes antojo de ello. Como si estuvieras enfermo y no tienes ganas de nada y hay un montón de placeres.
Pregunta: Entonces, ¿cómo puede uno imaginar la abundancia de la vida espiritual?
Respuesta: No existe tal abundancia hasta que se alcanza. Hay una oportunidad ilimitada para llenar a los demás. Esto no está prohibido de ninguna manera. No obstante, debes adquirir herramientas especiales para estos deseos.
Cuando empiezas a llenar a los demás también recibirás del Creador para darles contento, de lo contrario, no tendrías nada que darles. Por lo tanto, te conviertes en un enlace intermedio entre el Creador y los demás y el placer pasa a través de ti.
Pregunta: ¿Por qué toda mi vida satisfago los deseos de los demás y empatizo con ellos pero no siento al Creador?
Respuesta: Porque haces esto para ti mismo. En este caso, sigues siendo un egoísta —ese es el problema.
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De la lección de Cabalá en ruso 25/feb/18
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