Pregunta: No es claro cómo podemos ser opuestos y al mismo tiempo estar unidos al Creador, ¿cómo podemos unirnos a algo opuesto?
Respuesta: Gracias a la intención. No puedo cambiar mi pensamiento ni mi deseo, pero puedo cambiar la forma en la que los uso, por bien de quién. Resulta que por un lado, nos volvemos iguales al Creador en nuestra intención, actuamos junto con Él al unísono, en homeostasis.
Por otro lado, seguimos en nuestra naturaleza, no la podemos cambiar. Y no necesitamos cambiarla. Así, acentuamos nuestra independencia, nuestra oposición a Él. Como seres creados, no nos disolvemos en un pensamiento común, sino que nos superponemos a él como dos olas.
Al principio, cuando fuimos creados, estábamos disueltos en este pensamiento, no nos sentíamos nosotros mismos. Nadie en nuestro mundo se siente a sí mismo. El pequeño hombre que existe en siete mil millones de copias no se siente a sí mismo. Hace automáticamente lo que el pensamiento general del universo le prescribe, lo que le induce, le dirige.
Más información sobre La intención y su influencia en la realidad la intención