¿Cómo puede uno trasladar su atención hacia el Creador?

Dr. Michael Laitman¿Cómo me organizo para que todos mis pensamientos, cálculos, observaciones y aclaraciones siempre estén dirigidos hacia el Creador y no hacia mí? Este es la única pregunta y la más importante: ¿Cómo puedo trasladar mi atención desde mí mismo hacia el Creador?

En tanto que la persona no haya comenzado a sentir al Creador a través de la Luz que Reforma, al menos un poco, aunque no sea de forma clara sino hasta cierto punto, ella comienza a sentir como una especie de poder que la jala, que la acerca a ésta, que organiza toda su vida, hasta entonces ella no tiene la capacidad de pensar en Él. Con sus poderes nunca puede trasladar su atención de sí mismo hacia algún objeto extraño que ni siquiera existe para ella.

Nunca piensa sobre lo que hay a su alrededor, sobre los diversos objetos extraños, ella no toma en cuenta a los demás, excepto si depende de ellos. Por lo tanto el entorno que nos habla de la importancia del Creador, la fuerza de otorgamiento, el campo en el que las personas se encuentran y que nos organiza todo el proceso por el que atravesamos todo el tiempo, es muy importante para nosotros.

A pesar de que todavía no percibimos, no sentimos, o no identificamos este poder, aun así, el entorno puede despertar en nosotros la sensación de su importancia en todo momento. Esta es la forma en que podemos volver una y otra vez a los pensamientos y cálculos que se centran en el Creador, aunque todos ellos sean para mi propio beneficio personal, pero a pesar de eso, todos ellos están relacionados con Él. Este estado es llamado Lo Lishmá.

Y si nosotros buscamos el descubrimiento del Creador, es decir, una especie de pensamiento acerca de otorgamiento dentro de mi trabajo, entonces éste sólo puede venir desde el punto en el corazón. Hay personas en las que existe una base, un gen con información (Reshimo), una chispa de la característica de otorgamiento que tuvimos antes de la ruptura del alma de Adam HaRishón. De ello se deduce, que ellos tienen algún tipo de chispa de esa «pantalla» rota que los atrae hacia la espiritualidad.

Es decir, la persona misma no hace nada en particular, sólo que en ella se despertó la chispa. Esto no depende de ella; simplemente nació así. Y si llega dentro de un grupo de cabalistas, entonces el grupo y el estudio pueden encender esa chispa en ella. Así, una y otra vez recibe un despertar: un poco más y otro poco más, en que ella se supera a sí misma, a veces sola, a veces con la ayuda del maestro y del grupo. De esta manera ella atrae la Luz que fortalece su unión con el Creador.

Ella ya no siente sólo una vaga aspiración como antes de llegar al grupo, en vez de ello, siente un poco más de aspiración. Pero aun así, se trata de una conexión muy distante; se nota que ella no está lista para pensar en el Creador en todo momento, más bien sólo en los momentos únicos en los que obtiene una iluminación adicional. Entonces es despertada y recibe un recordatorio del poder superior. Pero, en general, se mueve de acuerdo al deseo de recibir en forma egoísta, es decir, se mueve para adquirir conocimiento y sensación adicionales, y no para interesarse en el Creador. Se trata de un giro artificial hacia el Creador, como si trata de conseguir la característica de otorgamiento.

Pero así es como pasa el tiempo, y gracias a los esfuerzos actuales de la persona, la Luz hace su trabajo una y otra vez. Comienza a entender que ella permanece vacía y que no alcanza ningún éxito. A partir de la sensación de vacío en el deseo de recibir y gracias a la iluminación que recibe en su punto en el corazón, ella comienza a comprender que sin la ayuda de arriba, no tiene ninguna posibilidad de salir de este estado. Y con el fin de alcanzar verdaderamente el otorgamiento, es necesario salir del ego, elevarse del mundo en el que se encuentra ahora, y dejar todos los valores previos, todo lo que era cerca y querido para ella.

Si siente atracciones como estas por salir de sí misma, entonces debe cuidar de que no sea por su propia cuenta: es decir, ella debe aclarar más a fondo por qué está haciendo esto, qué significa darle alegría al Creador. Para ella, esto debe transformarse en toda la meta, en lo más hermoso de la vida, en algo más precioso que todo lo que tiene en su mundo. Todo lo que tuvo hasta hoy fue absolutamente nada en comparación con la oportunidad de darle satisfacción al Creador.

Es decir, ella aspira a esto, no porque espere que de esta manera organizará el resto de las cosas en su vida, ni porque espere beneficiarse de un mayor llenado cuando utilice la Luz de manera egoísta; más bien se esfuerza por comprender y sentir el verdadero significado de Lishmá, la intención a fin de otorgar sin ninguna referencia a sí misma. Por lo tanto, todas las acciones deben hacerse hacia los demás, y sólo cuando se hagan hacia los demás, éstas pueden aportar otorgamiento en aras del Creador.

La persona no se siente ningún motivo para estas acciones, ella no desea esto, más bien aspira artificialmente a ello, obligándose realmente a pensar en esto. Pero así, una y otra vez, cuando piensa en esto y lo discute con los amigos en talleres, aclarar todos estos conceptos, con sus esfuerzos atrae la Luz que Reforma y comienza a acercarse a la verdad. Ella debe revisar en qué lugar quiere recibir los beneficios de este avance.

De esta manera, la persona sale gradualmente de sí misma, a través de los demás hacia el Creador. La Luz poco a poco le concede la característica de otorgamiento.

Y es imposible olvidar que específicamente estos estados en los la persona carece de sensación, emoción, y la expectación, en los que está confundida y nublada, estos son de gran utilidad para hacer esfuerzos, si trata con todas sus fuerzas de ser consciente. Por lo tanto en el trabajo, los descensos son más importantes que los ascensos. Los ascensos están diseñados sólo para dar una impresión, un ejemplo de lo que debe alcanzarse durante el descenso.

(115282 – De la preparación para la lección diaria de Cabalá 04 de Agosto del 2013)
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