Conexión interna para profundizar en sí mismo

En el judaísmo no existía la cultura de los grandes eventos y espectáculos de masas, porque todo era para el trabajo interior del hombre. Tenía que profundizar internamente, conectarse internamente con los demás, no externamente.

No había teatro ni espectáculos ni circo ni estadios ni actuaciones ante un gran público. No existía ese concepto en absoluto. Todo esto vino de la antigua Roma.

Cuando los griegos y luego los romanos capturaron Jerusalén, construyeron estadios, un anfiteatro en Cesarea, etc. Pero no tiene absolutamente nada que ver con el judaísmo.

El judaísmo no siguió este camino. Hubo oportunidad de construirlo, pero no está en la naturaleza de nuestra ideología, que tiene como objetivo el desarrollo interior del hombre.

Por eso, no había pintura ni siquiera música especial, solo el que busca profundizar en sí mismo, percibe el mundo a través de él mismo. No hay estatuas ni decoraciones externas ni ropa especial ni adornos especiales ni ningún tipo de arquitectura. Nada. 

 

¿Por qué? La «tragedia» de recibir para uno mismo

 

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