Construyendo un «firmamento celestial» por encima de nosotros

Dr.MichaellaitmanCada nivel resume e incorpora todo lo que tiene lugar dentro de este. Constantemente estamos aprendiendo de nosotros mismos acerca de los estados y características a través de las cuales pasamos, que gradualmente se acumulan, y después de esto, como un patrón de medida, llegamos a una etapa donde cero se convierte en uno, y después de eso, una vez más llegamos a una etapa donde uno se convierte en dos, etc. Así ocurre también con nosotros.

Sin embargo, cuando el número uno o dos aparecen en mí, aparenta ser una suma negativa de todos los descubrimientos negativos previos, por encima de los cuales puedo elevarme, y ahora me elevo por encima de todos ellos juntos, y se crea para mí el primer nivel positivo.

Por lo tanto, debemos entender que el Creador nunca se nos revela de una buena manera. Él nos fuerza a cambiar, y entonces lo sentimos a Él, es decir, sentiremos por nosotros nuestros propios estados corregidos como características del Creador.

Por lo tanto, no necesitamos buscar en ningún otro lugar, sino sólo dentro de nosotros, aclarando dónde están las características que operan en contra de nuestra conexión, las cuales fueron creadas como resultado de la ruptura del alma colectiva. Nosotros las descubrimos y nos elevamos todo el tiempo por encima de ellas. Es decir, el amor cubre todos los errores y crímenes no intencionales, y avanzamos de acuerdo a este principio.

Ahora, cuando nos encontramos en una buena atmósfera como esta, careciendo de preocupación mutua, primero y antes que nada, debemos construir un «firmamento celestial» por encima de nosotros, un entorno tal, un domo tal, que nos mantenga a todos en consciencia constante de que necesitamos descubrir dentro de nosotros las oposición a la conexión y remontarnos sobre esta todo el tiempo.

Si esto no aparece en nosotros, es una señal de que no anhelamos la conexión, pero cuando la anhelamos verdaderamente, de  inmediato sentimos la oposición. Esto se debe a que en la espiritualidad no hay paradas. En seguida se nos añaden todo tipo de obstáculos como etapas de avance.

Muchos de los textos fuente nos hablan de cómo los cabalistas sintieron un odio mutuo. En El Libro del Zóhar se nos dice que los estudiantes de Rabí Shimon sintieron tal odio mutuo que estaban dispuestos a reducir al otro a cenizas, un fuego de odio ardía entre ellos.

Aparentemente, no tenían nada acerca de lo cual tener disputas. Todos ellos eran pobres y vivían en una pequeña cueva ¿Por qué sintieron odio? Porque querían acercarse unos a otros para corregir su naturaleza y descubrir con esto la característica de otorgamiento y amor, el Creador.

Por lo tanto, el gran poder del entorno, el grupo, es un recordatorio constante de que si el grupo trabaja correctamente, entonces todas las oposiciones que aparecen entre nosotros son sólo medios para el ascenso espiritual.

A partir de bloques como esos, de las características corregidas, se construye el alma. Las características de rechazo son las partes rotas del templo del alma. Al conectarlas, nosotros reconstruimos este Kli, vasija, nuestra alma colectiva.

Podemos hacer un esfuerzo por conectarnos y eventualmente descubrir el mal en cada uno de nosotros: no queremos conectarnos. Junto con esto, necesitamos sentir la presión del grupo para no huir de la hostilidad y odio que aparecen en nosotros con respecto a algunos amigos o a todos ellos. Bajo la presión del grupo, nosotros comenzamos a anhelar la conexión en oposición a la fuerza de separación. Por lo tanto, la presión del grupo debe ser fuerte.

A través del anhelo por la conexión, comenzamos a entender que, aquí no sólo requerimos de la presión del grupo, sino también de un poder superior, la Luz Circundante (Ohr Makif), y entonces aparecen tres componentes obligatorios: nosotros, el grupo, y la Luz Circundante: a través de ellos, se resuelve este problema y nos conectamos.

La próxima vez, será lo mismo. Es decir, las condiciones para la conexión se transforman en un comienzo. Entonces, tras conectarnos, más necesitamos buscar una vez una razón incluso más grande para conectarnos, y de nuevo obtenemos rechazo y un descenso por encima del cual nos elevamos nuevamente, y vamos hacia adelante. Todos nosotros estamos pasando por un proceso como este.
(112514)
De la Convención en St. Petersburgo «día uno» del 7/12/13, Lección 2

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