Cuando el logro se convierte en pacto espiritual

Todo lo que logramos en este mundo, es en nuestras cualidades egoístas. Por consiguiente, debemos ser cuidadosos de no caer en el egoísmo, en cada nivel de la ruta hacia el otorgamiento y el amor; y nos tenemos que asegurar de que todo lo que sentimos y revelamos, sólo beneficie al estado general del universo, de todo lo que el Creador creó. 

El Creador creó este dispositivo y se conoce como alma de Adam. Debemos llevarlo a la semejanza con Él. Así, este estado o deseo se llama “Adam”, de la palabra “Domeh” – “similar” al Creador. 

En cada grado de nuestro desarrollo, conforme vamos progresando a través de los 125 grados, comenzando desde nuestro nivel, que es totalmente opuesto al Creador, hacia el nivel de completa semejanza a Él, pasamos por dos fases. Primero, alcanzamos el nivel de Bina, (el nivel de escuchar) y avanzamos al nivel de Jojmá (el nivel de la razón).  

Pregunta: ¿Cómo se conecta al pacto de los ojos (Brit Einaim)?

Respuesta: Este es el pacto. Al alcanzar este estado, el logro mismo se vuelve mi pacto. Ya está en mí, dentro de mis atributos corregidos. Por lo tanto, se dice que así hago un pacto con el Creador.

 

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