Cuando El Niño No Quiere Crecer

Pregunta: ¿Qué debemos esperar de la diseminación?

Respuesta: La diseminación hace que los nuevos puntos en el corazón (•) despierten abajo, los cuales vienen y se unen a nosotros ya que pertenecen a la categoría de Israel, como todos nuestros amigos alrededor del mundo.

Este es el Partzuf superior. Debajo está la parte que pertenece a Israel de nacimiento. En otras palabras, ésta ya ha experimentado el ascenso espiritual y la ruptura, y más abajo está la parte de las «naciones del mundo», almas carentes de Reshimot, de memoria espiritual «genética», y ellas no tienen punto en el corazón. Estas son despertadas por la Luz Circundante.

Examinemos esto a través del diseño simple de dos Partzufim, Israel y las naciones del mundo, donde cada uno se divide en dos: Una parte interna (A) y una parte externa (B). Israel tiene un punto en el corazón, y debe mantener una conexión con la Luz superior, atrayéndola e introduciéndola en la parte interna de las naciones del mundo.

Nosotros, como las naciones, también tenemos problemas, sólo que los consideramos como medios para avanzar. Sin embargo, si avanzáramos a la velocidad correcta, no experimentaríamos problemas. Sólo revelaríamos la necesidad por la adhesión en su forma pura. Los problemas, que no parecen estar relacionados con la espiritualidad, son causados por nuestra demora en el desarrollo.

Con respecto a las naciones del mundo, éstas deben presionarnos con el así llamado MAN (petición por la Luz), y nosotros debemos transmitir esta presión hacia arriba, también como una petición, pero de una calidad diferente.

Sin embargo, nuestro estado aún no está corregido de la manera en que puede ser corregido potencialmente, y es por esto que, en vez de sentir la petición de las naciones, sentimos presión física hasta el punto del odio, asesinato, y amenazas de completa destrucción. En lugar de medios espirituales, el sistema nos influye con métodos duros, físicos porque no hay peticiones o respuestas a esas peticiones que pasan a través del sistema, y existe una conexión mala y negativa entre sus partes.

Pregunta: ¿Cómo debe ser la presión espiritual? ¿Cómo se diferencia de la presión física?

Respuesta: La presión espiritual también se manifiesta físicamente, pero de acuerdo con nuestro grado. El gobierno superior nunca cambia. Este es el mismo «Bueno que hace el bien». Él sólo aparenta ser muy malo cuando nos va mal.

Un niño que no ha podido graduarse de tercer grado cuando debería estar en quinto grado, considera a sus padres de la misma manera. Sus demandas parecen extremas, ásperas, y muy difíciles, pero es sólo porque él aún no está listo. Si quisiera corresponder a su nivel y avance, consideraría de ayuda las demandas de sus padres, y entonces ellos lo dirigirían al próximo grado. En lugar de una dura presión, sentiría como si lo tomaran de la mano y lo guiaran hacia la dirección correcta.

Para ayudar a un niño a resolver un problema que se presente ante él, se le hacen preguntas fundamentales que lo ayuden a avanzar, a volverse más sabio, y a crecer. Se le proporcionan bloques de construcción, rompecabezas, y otros juegos, para ayudarlo a desarrollarse, y él lo entiende. Sin embargo, ¿qué puedes hacer cuando es hora de que aprenda a jugar ajedrez, y él aún anda por ahí con un biberón y juega con sonajeros?

Así, cuando estamos en un nivel adecuado de desarrollo, entonces experimentamos al Superior como «Bueno que hace el bien». Mientras tanto sentimos de la manera opuesta que: Él quiere tirar de nosotros hacia el siguiente nivel y es por eso que Él tiene demandas; no obstante, entendemos esas demandas de forma incorrecta.

Sin embargo, si no hemos llegado al nivel adyacente al Superior, entonces percibimos Su influencia como ocultamiento. Esto se debe a que esta influencia no pasa por su lado opuesto, como aquello que queremos llegar a ser, sino que pasa por su «lado equivocado», y esto es un problema: No somos capaces de percibir al Superior como «Bueno que hace el bien». No vemos sus cuidados. No sabemos de Su existencia o programa. Esto es llamado «ocultamiento dentro del ocultamiento».

Hoy, estamos en medio de este estado y del ocultamiento regular en el que ya es posible justificar al Superior y entender que Él se oculta con el fin de elevarnos y cuidar de nosotros. Esto es similar a la manera en que un niño recibe un conjunto de bloques de construcción y no la construcción ya realizada, no el resultado preparado, y si el niño es brillante, entiende que esto se hace por su propio bien, para su desarrollo.
(85245)
De la lección diaria de Cabalá del 8/6/12, «Introducción al Libro del Zóhar»

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