Opinión (Karen Shahinian, periodista de Slon): «Aceptamos la opinión de la mayoría como la verdad, creemos en la opinión pública más que en nuestros propios ojos, porque es incómodo estar en desacuerdo con la mayoría. Sin importar lo que la mayoría nos diga, es importante no estar en desacuerdo».
«Digamos, hay sólo 10.000 personas en una pequeña plaza, y un enorme país silencioso alrededor, la minoría revolucionaria tiene su propia influencia; ésta no se siente abrumada por la mayoría; es importante lo que dice la minoría».
«Nosotros tenemos que acatar la opinión de la mayoría, pero no la opinión de la minoría, aunque la escuchamos con atención, tratando de entender por qué piensan de manera diferente, y este es el poder oculto y la influencia de la minoría. Ya que no les tenemos miedo, que no son peligrosos, empezamos a escucharlos y a pensar en el contenido».
«Al principio, la influencia de la minoría no aparece, pero el tiempo pasa, y surge una pregunta seria: ¿tal vez es realmente necesario ponerse de pie hasta el final y no salir de la plaza? Por supuesto, en caso de que la opinión de la minoría fuera correcta, y valiera la pena quedarse. Todo depende de la unidad de la minoría y de su perseverancia para articular sus ideas».
«En este momento, la propaganda comienza a desviarse de los contenidos y a criticar la calidad de los representantes de las minorías, a desacreditarlos. Esto funciona porque cuando la persona piensa, ella se pone nerviosa, y está feliz de escuchar la explicación sencilla de la propaganda. El arma principal y única de la minoría es la persistencia, no dejar de difundir sus ideas».
«Desde el punto de vista de la biología, diferir de la mayoría es un error; si todos se comportan de una manera determinada, esto significa que este es el único camino correcto, y que aquellos que actuaron de manera diferente fueron comidos».
«El término «la sabiduría de la multitud» significa que el promedio de respuesta de la multitud es el más exacto y correcto, porque todos se equivocan con respecto a la verdad, y la opinión promedio es lo más cercana posible a la verdad. Pero esta regla sólo funciona si las personas no están sesgadas, en un entorno estable, cuando las circunstancias son claras. Pero cuando todo está cambiando y es inseguro, la mayoría se torna confusa, y la minoría tiene la oportunidad de influir con su idea».
«Si la opinión de la minoría no es ficción, sino la verdad, ésta será viable y se extenderá gradualmente hacia la mayoría y se convertirá en la norma. Tan pronto como la economía caiga y se altere la estabilidad, la mayoría estará desorientada y lista para aceptar nuevas ideas».
Mi comentario: En nuestro caso, es necesario añadir la influencia de la Ohr Makif, que, en la medida de nuestra disposición para reeducar a las masas, organizará las condiciones necesarias para la corrección de la sociedad.
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