Danza alrededor del becerro de oro y ruptura de las Tablas de la Alianza

Dr. Michael LaitmanPregunta: En el diecisiete de Tamuz, Moisés bajó del Monte Sinaí, y cuando vió a su pueblo danzando alrededor del becerro de oro, rompió las primeras Tablas de la Alianza. ¿Qué significa ésto desde el punto de vista cabalístico?

Respuesta: Desde el punto de vista de la Cabalá, la Torá no está hablando sobre los objetos y fenómenos del mundo material. Es improbable que Moisés, quien tenía 80 años de edad, pudiera bajar de la montaña con las Tablas de la Alianza hechas de pesada piedra..

También, el Monte Sinaí no es una montaña, las tablas no son tablas talladas en piedra, y Moisés no tenía cuernos brillantes sobre su cabeza, como lo esculpió Miguel Ángel. El pueblo de Israel—quien, desde tiempos de Abraham, fue educado en el alcance espiritual —no pudo participar en la emisión de un becerro de oro.

El descenso de Moisés del Monte Sinaí es un descenso desde el nivel espiritual donde reveló al Creador y bajó de éste para conectar con las personas, es decir que la Torá nos habla sobre grados espirituales. El grado superior es Moisés, quien está en el nivel del Creador, donde éste se le revela y está en contacto con esta fuerza de otorgamiento y amor.

El grado más inferior es ese nivel hacia el cual Moisés desciende para estar con las personas. En la Cabalá, el AHP del superior desciende a Galgalta ve Eynaim del inferior. Moisés entra en contacto con el egoísmo general para comenzar a corregirlo. Aquí, ve que su separación del egoísmo general para ascender hacia el Creador sucedió al momento que este egoísmo inferior del pueblo cayó al próximo grado inferior.   

Estamos hablando de tres grados. El grado superior es donde Moisés está en contacto con el Creador. El grado medio es al cual desciende para estar con el pueblo de Israel. El grado más bajo es como las naciones del mundo, el mismo Egipto que el pueblo de Israel ya había dejado, pero ahora están ahí otra vez.  

Después de todo, tan pronto como Moisés se separó de su pueblo ascendiendo, estas personas inmediatamente cayeron al grado más bajo porque nadie los estaba sosteniendo. Esta es una conexión de la nación de Israel que aún no era una nación, sino simplemente un deseo que se elevó por encima del egoísmo y cayó de nuevo a éste.

Cuando Moisés vio esto, sintió que la Luz Superior que él recibió del Creador desaparecía en este deseo egoísta porque la Luz y el egoísmo son incompatibles entre sí. Así que, la ruptura de la Luz ocurrió, la Luz pareció desaparecer, y en concordancia con eso, el becerro de oro se dispersa, se disuelve y por lo tanto se destruye.

Sin embargo, la corrección es imposible sin esto porque el proceso completo nos lleva al reconocimiento de la naturaleza humana, su conexión con el nivel inferior, llamado las naciones del mundo, y la imposibilidad de combinar la Luz Superior con el egoísmo material.

Pregunta: ¿Es este el primer contacto entre el Creador y la criatura?  

Respuesta: No, no puede haber contacto porque Moisés debe estar en el medio. Él es la cualidad de Bina, el Creador es la cualidad de Keter, y toda la humanidad está en el nivel de Maljut. Por lo tanto, la ruptura crea una conexión a través de Moisés entre el nivel del Creador y el nivel de la criatura. Estas cualidades opuestas se introducen una en la otra, y entonces es posible comenzar la próxima fase de corrección.

Ahora, cuando Moisés se eleva al Creador, su interacción con ambos, el Creador y el pueblo que pecó es completamente diferente ¡Después de todo, el pueblo que cayó al nivel del becerro de oro tiene muchos más deseos egoístas que son pasionales, egipcios, y reales!  Por lo tanto, Moisés ahora eleva al Creador deseos mucho más internos, reales y profundos para ser corregidos.

El pasa de nuevo cuarenta días en el Monte Sinaí. Sin embargo, estos son unos cuarenta días completamente diferentes. Son cuarenta grados de elevación a partir de Maljut hasta Bina. Sin embargo, no es desde esa Maljut donde ellos estuvieron durante el éxodo de Egipto, sino desde aquella en la cual crearon para sí mismos el mismo Egipto en el Monte Sinaí.

Los segundos cuarenta días son completamente diferentes en su calidad de ascenso del becerro de oro al Creador. Naturalmente, las tablas que Moisés recibe en la segunda ocasión son completamente diferentes. Son adecuadas en sus cualidades al estado del pueblo que cayó al nivel del becerro de oro. Con tales tablas —es decir, con tales conexiones entre el becerro de oro y el nivel del Creador—ellos pueden comenzar a trabajar en sí mismos.

El Monte Sinaí simboliza el enorme odio (“Siná” significa odio) que es revelado como una incongruencia de cualidades del Creador y la criatura, eso es, cualidades de completo otorgamiento y amor, y cualidades que desean vivir sólo para sí mismas. Cuando Moisés bajó del Monte Sinaí la segunda vez, de la altura del nivel de alcance con el Creador y la conexión con Él, desciende de esta en Yom Kippur.

Por un lado, este es un día de reconocimiento de nuestra naturaleza. Por otro lado, es un día de perdón. A partir de este día en adelante, comienza la corrección del pueblo, y el próximo estado es Janucá y otras fechas que simbolizan acciones espirituales.

Ojalá, reconozcamos el trabajo correcto con las Tablas de la Alianza que están dentro de nosotros. Solo podemos identificarlas e implementarlas en nosotros mismos.
[190287]
De Kabtv “Noticias con Michael Laitman” 11/jul/16

Material relacionado:
Sólo existirá el lenguaje del otorgamiento
Todo el mundo está ante el Monte Sinaí
El humilde atributo del otorgamiento

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *