Hace ocho años en la convención de Sitrin, todos gritamos: “¡Cruzaremos el Majsom (barrera)!” No dije nada porque no tenía sentido decir algo u objetar ¿Qué significa “cruzar”? ¿Íbamos nosotros, mediante nuestro ego, a romper el Majsom espiritual?
Gradualmente comenzamos a entender que es posible trascender el Majsom sólo mediante la conexión entre nosotros, mediante reprimir el ego y elevarnos hacia el atributo de otorgamiento, hacia la conexión mutua, por encima de nuestro ego, y después mediante crear algo que es externo a nosotros, externo a nuestro “yo” egoísta. Esta es la única manera en que una vasija colectiva es creada, ¡porque esta sólo puede existir como una vasija colectiva y no como la vasija individual de cada uno! Gradualmente los pensamientos y deseos espirituales fueron formados en nosotros ¡Después de todo, es un camino largo! ¡Miren por lo que hemos pasado desde entonces! ¡Es una revolución espiritual interna dentro de una persona!
Hemos comenzado a hablar de ello y a golpear al ego desde el comienzo de la crisis, porque el ego ha sido revelado en el mundo como una fuerza negativa. Desde entonces, nos hemos estado acercando al punto de nuestra conexión, el punto de nuestra adhesión, en el cual realmente nos encontramos como si hubiéramos vuelto a nacer en el mundo superior, en la siguiente fase de alcance de la naturaleza.
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