El alza de los mercados es como la calma antes de la tormenta

calmRecibí una pregunta: Durante las últimas dos semanas el índice NASDAQ subió en un 20%, lo cual parece ser un indicativo que la crisis ha llegado a su fin. ¿Cuál es su opinión?

Mi respuesta: El mercado de valores es un juego. Puede subir sin bases o causas  realistas. ¿Habrán abandonado sus especulaciones las personas que diseñan las pirámides? Mientras que muchos piensan que van a la bancarrota, ellos de hecho devoran los miles de millones de dólares que los gobiernos les entregan y continúan construyendo sus pirámides, sólo que más sutilmente.

Por el momento, el ego celebra su victoria. Pero, no existe una cura real, ni corrección de algún tipo. El ego sigue como antes,  preparando su siguiente desastre. Si usted piensa que todo se ha arreglado y ha regresado a la normalidad, se encuentra en el peor estado posible. Es como si no se diera cuenta que el enemigo lo está rodeando y se prepara a atacarlo.

Usted puede tener la certeza que al final, el ego surgirá y la situación será peor que antes. Pero por ahora todo parece estar bien. A fin de cuentas, todos tuvieron una ganancia y nadie perdió nada.

El hecho es que no existe un regulador del creciente egoísmo de la gente. La economía no es una ciencia, solamente sigue al egoísmo del hombre. Por lo tanto, toda la economía se basa en que yo te dé lo menos que pueda y obtenga lo más que pueda, y si es posible, te voy a cobrar sin pagarte. Así que la economía es más como un robo legalizado.  Piense un poco: ¿cuál es el convenio que existe entre nosotros? Usted y yo intercambiamos bienes únicamente porque yo no se los puedo arrebatar por la fuerza. Tengo que entregar algo a cambio porque no tengo otra opción.

La economía es un reflejo de nuestro egoísmo y nuestro egoísmo siempre está creciendo. No está dispuesto a unirse a nadie y nos apremia a explotar a todos. ¿Qué regulador podría establecerse?

La forma de crear un regulador para el egoísmo, para las relaciones humanas, es observar dos reglas: «No hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti», seguida de «ama a tu prójimo como a ti mismo». Pero, evidentemente, no es esta la dirección que están tomando los economistas al buscar un regulador, y por lo mismo no lo encuentran. Entretanto, el siguiente desastre será mucho más cualitativo. No provendrá necesariamente del sistema financiero, el mercado de valores o de los bancos, podría ser una epidemia, anomalías climáticas, etc.

El hecho que experimentemos una pausa, aunque no hayamos corregido nada, indica únicamente que el siguiente desastre se aproxima. No es un descanso o el final del problema, sino un testimonio de la velocidad del proceso, lo cual significa que la segunda ola de la crisis no está lejana.

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