El amor crece constantemente

Necesitamos entender que el deseo de recibir nunca será satisfecho, porque el egoísmo no es lo que satisface, sino la intención de otorgar. Nos dirigimos al Creador en fe por encima de la razón. En vano esperamos satisfacción con la sensación del Creador, en alcanzar Su revelación. De hecho, debemos formar Su imagen dentro de nosotros mismos; eso es lo que nos dará placer.

La diferencia es que no es el Creador quien viene y me satisface, me complace mi deseo por Él, construyo su imagen dentro de mí porque quiero parecerme a Él.

No podemos estar llenos de amor. Si recibo contento de alguien a quien amo, el amor desaparece rápidamente, se quema y puede incluso convertirse en rechazo y odio. Amor es desarrollo constante del deseo por el ser amado y eso sostiene mi amor. Así puedo estar satisfecho para siempre. Este anhelo, esta pasión, se llama Luz reflejada.

Esto significa que nuestra oración debe satisfacernos. Al pedirle al Creador, no esperamos recibir nada: la misma apelación a Él ya es satisfacción. Por encima de todo tipo de perturbaciones y obstáculos, deseamos desarrollar una apelación al Creador, restringir nuestro egoísmo, la pantalla y la Luz reflejada. No exijo nada más, siento la imagen del Creador que construyo en  la Luz reflejada y me complace. Pero nunca alcanzamos al Creador mismo.

Como una pareja enamorada, al ver que el amor se desvanece gradualmente, piensan cómo despertarlo. Incluso si aún no ha desaparecido, intentan aumentar su amor, porque si no lo reavivan, desaparecerá. Y llegan a la conclusión de que es imposible; es imposible luchar contra la naturaleza, contra el hábito.

El hombre es incapaz de amar para siempre. Gradualmente, el amor se convierte en un hábito y el hábito no trae satisfacción. Sólo hay una salida: aumentar el anhelo, el deseo, el deseo mutuo. Así el amor puede arder para siempre.

El sentimiento entre dos amantes siempre debe desarrollarse. Y sólo es posible desarrollando un sistema por encima del deseo egoísta; esto ya es el área espiritual a la que se dedica la ciencia de la Cabalá.

La espiritualidad es continuación del desarrollo corporal, pero en dirección eterna cuando el amor crece constantemente y no se desvanece. Al mismo tiempo, el más y el menos no se cancelan sino que se apoyan entre sí.

En esencia, son las mismas fuerzas de la naturaleza, sólo que organizadas de nuevas maneras. Se dice que el Creador no creó nada nuevo.1
De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 5/jul/19, Plegaria
1 minuto 38:48

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