El amor hormonal y el espiritual

El amor espiritual se siente como el ascenso, al sobreponerse a uno mismo y salir al espacio infinito, en el que no hay restricciones, donde acaba el “yo” porque se vive en los demás y el Creador lo llena todo.

En otras palabras, uno mismo, los demás y el Creador, estamos juntos en un único todo sin tiempo, movimiento, espacio ni límites. Todas las restricciones, llamadas “nuestro mundo” desaparecen por completo. 

Comentario: Pero nosotros, simplemente no sentimos amor. En el mundo corporal, tenemos un objeto en relación al cual todo el proceso tiene lugar. 

Mi Respuesta: ¿Cuál es la diferencia? Hay una persona con la cual puedo llegar a una relación mutua. Yo le ayudo y ella me ayuda a sobreponernos al egoísmo, a integrarnos uno en el otro y a comenzar este trabajo. 

Para lograrlo, se necesita un así llamado “socio”, un compañero de viaje, interlocutor, amigo, hermano. Se requiere para crear un campo en común entre ambos, en el cual sea revelado el Creador.  

Lo que resulta de nuestras cualidades mutuas a través del Creador y las concesiones mutuas, cuando Él ocupa el área en la que anulamos nuestro egoísmo, para integrarnos uno en otro, es lo que se llama amor.  Esta área misma, es la conocida “vasija de amor” y es lo que ocupa lo que conocemos como sentimiento de amor. 

Todo lo demás pertenece al nivel animal, a la atracción hormonal. ¿Qué tipo de amor es este? 

Pregunta: ¿Por qué consideramos que es amor, la atracción hormonal? 

Respuesta: Porque llamamos amor a aquello que el egoísmo ama. Es todo. Nuestro mundo es totalmente opuesto al espiritual. 

 

¿Qué es amor?  En el camino al amor absoluto

 

 

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