El amor que cubre todas las transgresiones

Pregunta: Los cursos de educación integral para parejas me dan la esperanza de que pasando por este proceso y construyendo un nuevo hombre dentro de mí, corregiré no sólo las relaciones con mi familia, sino también todas las conexiones en el sistema y lograré tener éxito en todas las formas. Después de todo, el sistema de lazos familiares se volverá la escuela a través de la cual me estaré desarrollando. ¿Existen diferencias en cómo tiene lugar este proceso en un hombre y en una mujer?

Respuesta: Resulta que debemos mantener a la familia junta porque a través de ello podemos lograr el éxito en la vida. No sólo corregimos las relaciones dentro de la familia, sino además obtenemos un beneficio adicional, como si todo este proceso tuviera un propósito más elevado.

No es el problema de una pareja casada, sino el problema global de una conexión corrupta entre todos nosotros, y tenemos que resolverlo todos de alguna manera. Las relaciones en la familia pueden volverse el laboratorio dentro del cual podemos aprender cómo mejorar nuestras relaciones con el mundo para tener éxito en todo.

Existen algunas diferencias entre cómo tiene lugar este proceso en un hombre o una mujer, pero son tan internas que no podemos entenderlas ahora, cada uno desde su lado, viendo al otro. Si comenzamos a profundizar en la psicología del otro y tratamos de averiguar qué está sucediendo dentro de otra persona, esto sólo nos confundirá. No sabemos qué está sucediendo realmente ahí.

Sólo necesitamos adquirir el enfoque correcto que nos permitirá construir relaciones mutuas de acuerdo al principio: «El amor cubre todas las transgresiones». Y esto no significa que queramos ocultar los agravios cometidos en relación a los demás: nuestro odio, orgullo, ambición, despreocupación, y desprecio. No ocultamos nada.

Pero si quiero cambiar algo y construir, no debo ahogarme en peleas mutuas y culpar de egoísta a cada uno de nosotros, es decir cuán malo es y no darse cuenta de su maldad, pero verla en su compañero. De hecho, él no ve los vicios de otros, sino su propio egoísmo, transfiriéndolo a su compañero y reconociendo su reflejo en ello.

En vez de distinguir fallas en mí mismo, las veo en mi esposo o esposa como en un espejo. No me doy cuenta de esto en mí mismo. Resulta que necesitamos desarrollar una actitud buena, positiva, amor, flexibilidad, atención, y un enfoque maduro y elevado en relación al otro. Necesitamos estar de acuerdo por adelantado que esto estará por encima de todo lo que vemos con nuestra visión egoísta.

«El amor cubrirá todas las transgresiones», es decir, cubro todos los males que veo con este. Como resultado de ejercicios mutuos y talleres, comienzo a desarrollar nuevas cualidades buenas dentro de mí mismo, que antes estaban latentes dentro de mí: sensibilidad, acuerdo, consenso, y habilidad para comprometerme.

(84054 – De una «Charla sobre formación integral» del 18 de Julio del 2012)

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