El camino hacia el deseo común

Profetas, Josué, 21:43: No faltó nada de todo lo bueno que el Señor habló a la casa de Israel; todo sucedió.

El Creador prometió a los hijos de Israel que recibirían la tierra como asignación, si tan solo Él estuviera con ellos. Todo está en sus manos. Ya se están asentando en la tierra, convirtiendo todos sus deseos («tierra, Eretz«, de la palabra «Ratzon, deseo») en otorgamiento, conexión y amor. 

Todos cultivan la tierra, es decir, sienten su parte del deseo. No puede ser de otra manera porque todos recibieron su parte de la destrucción de Adam, el alma común. Por eso, el hombre sabe qué hacer, qué corregir y cómo conectarse con los demás para, eventualmente llegar a un deseo común, a un sistema común llamado Adam. Todo está ordenado.

Los hijos de Israel saben lo que deben hacer. Los Cohanim (Cohen, sacerdotes) y Levitas les explican pacientemente y, se les revelan nuevos peldaños a todos.

Por lo tanto, aunque se manifiesta un mayor egoísmo, dominan con éxito la tierra, esos deseos rotos.

Todo sucede dentro del hombre. Se trata de arreglar la conexión entre él y los demás.

Pregunta: ¿En qué caso se cumple la promesa del Creador?

Respuesta: En todos los casos: ya sea por sufrimiento o por trabajo diligente y serio. Todos están obligados a completar su lección. Pero ¿cómo lo hacen? Ya sea de forma corta y amable o de forma larga de sufrimiento. De una forma u otra, aún llegarás a lo que se dice.
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De Kabtv “Secretos del libro eterno” 23/ago/21

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