El estudio adecuado

Es muy importante prepararse para la lección. Desde el momento en que la persona se levanta, se asea, toma una taza de café, se viste y llega al lugar de estudio, debe constantemente pensar por qué hace todo esto. Entonces llegará a la lección con la actitud correcta y empezará a estudiar.

Estudiar significa sentarse con los amigos y revisar hasta qué medida estoy conectado a ellos. Si ya me encuentro en el nivel de Rabí Shimon, entonces sentiré odio y rechazo hacia mis amigos. Así es como se me revela desde arriba la posibilidad de la corrección. Acudo sin indiferencia, con un cálido corazón, ya sea a favor o en contra de la conexión. Consecuentemente, se determina si necesito o no la Torá,  la Luz que regresa a la fuente y me conecta con los demás. En nuestra unidad, revelamos todas las letras de la Torá, todas las cualidades del otorgamiento, de modo que más tarde, según a estas propiedades, revelemos al Creador. Estudiar es una ayuda, pero lo principal es la conexión entre nosotros.1

Los artículos ayudan a organizarnos correctamente y el Estudio de las diez Sefirot, dirige hacia nosotros la Luz que reforma. Sin embargo, en su estudio acecha otro peligro: empezar a estudiar con el fin de adquirir conocimiento, no en favor de la Torá, es decir, la Luz que corrige. Tal vez se quiere saber cuántos ángeles hay en el cielo y cuáles son sus nombres. Es muy importante que “la sabiduría no exceda tus actos”, es decir, acciones de otorgamiento. Se requiere estudiar con el fin de otorgar, de lo contrario, te distancias del Creador y cultivas tu orgullo.    

Al estudiar los artículos que hablan sobre el camino de la persona hacia el Creador, no es tan difícil mantenerse con el texto en la misma dirección. Pero en esta forma, atraemos menos Luz que reforma, porque no estudiamos las obras del Creador. En tanto que el Estudio de las diez Sefirot, El árbol de la vida y El Libro del Zóhar contienen una Luz muy grande. No todas las partes de la Torá contienen la misma cantidad de Luz que reforma.

No obstante, es necesario entender que una persona no puede solamente estudiar o leer  artículos todo el tiempo. Se requiere combinar ambos. Sin embargo, atraer la Luz es de primera importancia. Si fuera posible alcanzar la Luz con diez saltos, lo haríamos. Necesitamos medios para atraer la Luz. Por lo tanto, vemos que la sabiduría de la Cabalá se revela precisamente en la forma que le permite convertirse en ese medio para la actual generación.2

La Luz que retorna a la fuente, nos transmite la fuerza de otorgamiento. No sentimos la Luz en sí, sino el resultado de su acción. Es imposible sentir la Luz por sí misma, así como no sentimos la electricidad, sino sólo las consecuencias de su trabajo. El resultado de la acción de la Luz que reforma es mi deseo de otorgar. No quiero estar dentro de mí, quiero existir en los demás, en el Creador.3

La gente puede hacer cualquier cosa cuando se encuentra en éxtasis religioso: saltar sobre fuego e incluso quemarse; y todo esto, ¿con qué propósito? La Cabalá dice que existe el sistema superior que podemos despertar al estudiar. Estudiamos las acciones del sistema, su trabajo. Y mientras leo, quiero que el sistema trabaje en mi corrección. No estoy pidiendo que sea peor para alguien o mejor para mí. Pido que me vuelva bueno por dentro, no que me sienta bien.

Puedo entonces otorgar a los demás. Es decir, podré transmitir la fuerza que ahora me llegó y me corrige a través de mi relación con los demás, para volverme un transmisor.4

De la primera parte de la lección diaria de Cabalá  7/ene/19, lección sobre: “El estudio correcto de la sabiduría de la Cabalá”, 

1 Minuto 22:15

2 Minuto 27:30

3 Minuto 49:55

4 Minuto 1:10:15

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