Para trazar la historia del mundo a lo largo de un eje, necesitaríamos aproximadamente 200 ejes en paralelo y en cada uno de ellos, apuntar lo que pasó en 200 distintas regiones del mundo y explicarlo enfocando la progresión del egoísmo, que se transformó de tal manera en estas partes del mundo, en el entorno y en las personas mismas.
Pero para describir así toda nuestra historia, para imaginarla dentro mi, ni siquiera se le pueden poner palabras a toda esta gran imagen. Hay que tomar algunos fragmentos y describirlos, pero, ¿para qué? ¡Nosotros no aprenderemos nada de ellos! ¡No necesitamos esto en absoluto!
Ahora lo que necesitamos es solo una cosa — entender que estamos en un mundo diferente, en una conexión distinta con los demás, donde todos estos ejes de desarrollo egoísta y regional se han unido en un círculo, en un esquema y en una ¡dependencia total mutua!
No tenemos idea de lo que nos está diciendo este sistema de completa interdependencia — ¡No podemos hacer nada! No él, ella, tú o yo: ¡nadie!
¿Qué podemos hacer entonces? Lo único que tenemos que hacer es conectarnos con los demás, como este sistema, que ahora se manifiesta ante nosotros y dentro de nosotros.
¿Conectar con los demás? ¡Pero, ¿podemos?! No podemos hacerlo por nosotros mismos, solo tenemos que intentar y luego la naturaleza, que en el lenguaje de la Cabalá se llama “Luz que reforma”, nos empezará a unir. Eso es todo lo que hará.
Y todo lo demás, sin importar lo que hacemos, ¡es totalmente en vano!
Debemos cuidar el alimento para nosotros mismos, a fin de cuentas, nosotros los humanos estamos constituídos de una parte animal (cuerpo, carne y huesos) y de nuestra parte interna, una parte espiritual que se tiene que desarrollar en la conexión con los demás.
Por consiguiente, la parte animal necesita ser alimentada y cuidada de forma adecuada por cada uno, en esto, somos iguales en absoluto; y en la parte espiritual, tenemos que conectar con los demás.
Prácticamente hoy en día, no tenemos otra tarea ni otra oportunidad. ¡Se acabó el mundo egoísta y personal!
Necesitamos entender que el problema está en nosotros; debemos cambiarnos para ser como la naturaleza. Así como todo está interconectado, también debemos entrar en ella conscientemente interconectados con todas sus demás partes.
Toda la historia previa, fue la historia del desarrollo egoísta. Ahora comienza la historia de nuestro desarrollo mutuo —de concesiones, apoyo y atención, hasta llegar al amor mutuo.