El mundo depende de nosotros

Nosotros junto con todo el mundo estamos viviendo un estado especial. El tiempo en el que la sabiduría de la Cabalá se revela es crítico para la historia del ser humano.

Durante las reuniones, como por ejemplo las convenciones de Cabalá, nosotros deseamos la corrección de nuestra alma, y nadie piensa en el resto del mundo. Sin embargo, permitámonos por un momento reflexionar en que nosotros afectamos el destino del mundo con nuestras acciones. Puedo señalar esta demanda.

Anhelamos y tratamos de unirnos, y de este modo movemos al mundo hacia la escala de merito ya que el mundo en sí es una materia sin forma, sin vida, que no tiene poder. Y nosotros residimos unos pocos peldaños por encima de este, en el nivel humano (Adám) que anhela llegar a ser similar (Domé) al Creador. Por lo tanto, el destino del mundo está en nuestras manos.

Es por esto que vale la pena gastar dinero para ir a tales convenciones de Cabalá y que él se localice en un entorno diferente de su casa. Esta consideración también es necesaria; después de todo, una persona recibe el derecho de afectar a todo el mundo y su propio destino.

A primera vista, ¿Qué somos realmente? Y aún, el Creador escogió específicamente a estas personas, habiéndoles dado una oportunidad y un deseo de venir aquí (La Convención de Cabalá en el Desierto de la Aravá) con el fin de unirnos. Esto no es fácil; por lo tanto, yo tengo respeto por cada uno de los asistentes a quienes el Creador ha escogido y ha dotado con la fuerza.  Del mismo modo, yo lo respeto por su deseo y disposición de venir y contribuir. Cada persona presente aquí es grande y única. Y es de esta manera cómo nos debemos ver los unos a los otros.

Debemos valorar esta oportunidad especial para afectar nuestro destino y el del mundo. Y no importa que nosotros mismos difícilmente reconozcamos el profundo significado del momento. Incluso nuestro deseo es simple e ingenuo, este incluso reforma al mundo.

Por  lo tanto,  yo recomiendo fuertemente que uses este tiempo al máximo para que cada uno pueda abrir su corazón y desee  conectarse con los otros. Después de todo, esta reunión trajo a muchas personas especiales a juntarse.  Demos lo mejor de nosotros.

(31349 – De la Lección 1 de la Convención en el desierto de la Aravá 12/30/10)

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