Como resultado de la crisis, empezamos a sentir que «nuestra vida como la conocíamos se extingue» y estamos entrando a un nuevo mundo. Estamos revelando un nuevo tipo de gobierno, llamado globalización o integración, en donde toda la gente está interconectada y es interdependiente.
Todo está regido por esta fuerza integral que nos conecta los unos con los otros. Es posible que yo no quiera depender de China o Estados Unidos o Rusia, o alguien más, pero me dicen, «No importa lo que tú quieres o no quieres, porque todos están conectados entre sí. Sencillamente, no saben cómo encontrar la manera correcta, que satisfaga a todos, de conectarse».
Ahora nos damos cuenta que no saber cómo conectarnos nos acarrea desastres. ¿Pero, qué podemos hacer? Nadie lo sabe. Sin embargo, el mundo pronto se dará cuenta que no hay una salida.
Antiguamente, nos desarrollábamos bajo la influencia de nuestro creciente egoísmo y comprendíamos nuestro mundo. Incluso comprendíamos nuestro malestar. Sin embargo, ahora debemos desarrollarnos de manera distinta: bajo nuestra propia influencia, a pesar de nuestro egoísmo. Y aún no sabemos cómo hacerlo.
Es posible que las cosas empiecen a mejorar durante una semana y hasta más tiempo, y la gente empezará a pensar que la crisis ya se ha resuelto. Pero, lo que ocurre es similar a las plagas de Egipto, en donde las condiciones sólo mejoraban para empeorar. Se nos arroja de un lado al otro para destruir todos los cimientos de nuestra lógica, para acabar confundiéndonos completamente.
Eso es exactamente lo que sucede ahora. Lo que es más, los golpes irán siendo más cualitativos, lo que conducirá a mayor confusión, y la humanidad se sentirá más temerosa e insegura, al mismo tiempo que no comprenderán lo que está ocurriendo. Y todo pasa para ayudarnos a comprender que debemos encontrar una nueva manera de acercamiento con nosotros mismos, con la Naturaleza y con el mundo.
Material relacionado
Cuando terminara la cirisis financiera