¡Parece tan sencillo tan solo dejar que la fuerza de la luz venga y nos corrija haciéndonos amar al prójimo! ¿Entonces por qué es el proceso de corrección tan difícil? La dificultad proviene del hecho que todo este proceso está oculto, y eso es con el fin de darnos la libertad de quererlo.
¡Ser libre significa ir en contra de mi deseo y entendimiento, cuando no lo quiero directamente! Mi cuerpo animal no aspira a esto y mi egoísmo no me ayuda a hacerlo. Tengo que encontrar una nueva motivación para avanzar, que no proviene de mis cualidades. De lo contrario, sólo estaría aumentando mi egoísmo animal.
El motivo para mi avance debe estar por fuera de mí, en el medio ambiente. Para avanzar, tengo que usar algo que no pertenece al deseo egoísta, y ahí radica toda la dificultad. Si no fuera por esto, todas las personas aspirarían a la corrección. ¿Quién no desea recibir perfección y eternidad, sentir al Creador, ver todo su destino desde principio a fin, y controlarlo?
Cualquier persona estaría de acuerdo en cambiar este mundo temporal por uno eterno. Sin embargo, la gente siente que esto es demasiado elevado, demasiado difícil, e inalcanzable. Y todo es porque tenemos que revelar el punto de nuestra libre elección, llamado «el tercio medio de Tiferet«.
Entendemos lo que es el amor y lo que es el odio, pero no está claro lo que es un estado neutral, es decir, «el tercio medio de Tifferet». En cada rango tenemos que hacer nuestra elección mientras estamos en ese estado. De lo contrario, no seremos independientes del Creador.
¿Cuál es el punto de crear una criatura miserable que sufre en este mundo, y luego darle el conocimiento de que existe un estado perfecto y uno debe solo utilizar un medio llamado la Torá para ir de un mal estado a uno bueno? De hecho, cualquier máquina podría hacer lo mismo si ahí hay bien y mal, y un medio para ir de mal en bien. No hay libre elección aquí.
Las religiones operan de acuerdo a este esquema de dos líneas. La diferencia entre la Cabalá y religión es el libre albedrío, la tercera línea. Una persona tiene que encontrar el punto donde se pueden llevar a cabo acciones de forma independiente de sí mismo y su elección terrenal, así no buscará el beneficio propio.
Si encontramos este punto y actuamos basados en el, significa que nos construimos libremente a nosotros mismos y es independiente de nuestra naturaleza anterior. Nos separamos nosotros mismos de esto y nos damos nacimiento, en lugar de tener al Creador para hacerlo.
Este punto de independencia plantea la dificultad. Esto constantemente nos confunde y borra todo lo que hemos entendido y sentido hace un momento, nos sumerge en una «niebla» nuevamente. Pero está sucediendo, porque estamos siendo conducidos a una dimensión completamente diferente de vida donde revelaremos la verdadera realidad en lugar del estado de inconsciencia en que nos encontramos hoy.
(22062 – De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 27 de septiembre 2010, sobre El amor por el Creador y el amor por los seres creados.)