El punto primordial del amor

Tenemos que alcanzar nuestra naturaleza, incluyendo todos los pecados y errores, porque de lo contrario no seremos capaces de ascender por encima de ellos y alcanzar el Faraón en nosotros para entender lo mucho que está en nuestro camino. Es a través de él que queremos venir a servirle al Creador.

Qué significa, ¿»Deja ir a mi pueblo»? ¿Quién me deja ir? Se dice que el Faraón, incluso acompaña a la nación de Israel durante el éxodo de Egipto. Es decir, tenemos que pasar a través de varios discernimientos para estar listos para el éxodo, y ¡entonces salimos! Faraón nos retiene sólo hasta que adquiramos las fuerzas y estemos listos.

Cuando rompemos la barrera del mundo espiritual y pasamos el Majsóm, significa que tenemos el deseo y la fuerza para ello, pero si no lo tenemos, entonces no podemos pasar. Por lo tanto, ¡el Faraón sólo nos ayuda con su oposición!

Así es como ascendemos por encima de todos los obstáculos y en virtud de esto adquirimos la fuerza del otorgamiento, opuesto al egoísmo, la firmeza de la pantalla, el deseo. Aumentamos nuestro deseo y aspiración por la espiritualidad. Todas las «anti-fuerzas», todos los disturbios y sufrimientos se revelan sólo para que nos fortalezcan y nos enseñen.

Así es como debemos ver cada situación en que estamos, cualquier pensamiento o sensación, viene a nosotros naturalmente, tienes que saber que este es precisamente el lugar para nuestro trabajo. No contenemos nada en absoluto puedes dejarlo como está, sin corregir.

En primer lugar, revelamos el grado de Jafétz Jésed (desear sólo el otorgamiento), ascendiendo por encima de nuestros pensamientos y deseos egoístas y admitiendo que son pecados y errores revelamos que todo viene de la mano de una fuerza superior, otorgamiento. Entonces adquirimos los lazos de amor, la realización de acciones de recepción por el bien del otorgamiento, y a través de ellas empezamos a alcanzar lo que es llamado amor.

Al final ascendemos a un estado llamado Kéter, el cual no pertenece a la materia o a alguna cosa que se origine por debajo de ella. Este contiene sólo la causa primordial de lo que sucede a continuación. Todo lo que pasa por debajo de Kéter hasta Máljut mismo es necesario sólo para dar a Máljut la oportunidad de ascender de nuevo y llegar a ser similar a Kéter.

Por lo tanto, al final establecemos la misma actitud hacia el Creador como Él lo ha hecho con nosotros, por encima de nuestra materia y todo toma lugar en nosotros. Entonces no retenemos ninguna conexión con todo lo que hemos pasado, experimentado, decidido, hecho, revelado, no desde Su fin, ni del nuestro.

Todo esto se convierte en absolutamente cancelado y sólo se revela Su actitud inicial, fundamental hacia nosotros y la nuestra hacia Él. Esto significa que revelamos todo sólo dentro de Kéter, a la Luz del amor, cuando no tenemos absolutamente ningún cuidado con ninguna acción o regalo, ya sea que recibimos por el bien de otorgar o que otorgamos por el bien del otorgamiento. Todas las diferencias desaparecen y todo se funde en el alcance de la unidad.

La materia y la forma de recepción dejan de existir, porque fueron creadas inicialmente por el Creador sólo para permitirnos alcanzar ese punto original y primordial con el cual el Creador inició la creación.

(31640 – De la 4º  parte  de la lección diaria de Cabalá del 1/3/11, «La sabiduría de la Cabalá y la Filosofía»)

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