El secreto esencial de los judíos, parte 67

Del libro El secreto esencial de los judíos, M. Brushtein

 

Capítulo 5. Atados por una red

 

Todo lo que existe está conectado entre sí de modo que uno siga a lo otro, y, además, uno viene y nace del otro. Todo está atado en un nudo y es un ser total que puede alcanzar la perfección sólo si tiene absolutamente todos los detalles.

 

La unidad es la meta de la naturaleza

 

Todos los líderes se vuelven hacia su pueblo con ideas de unidad. Estas ideas son siempre bienvenidas por todos. El problema es que la unificación que ofrecen a menudo está dirigida a derrotar a alguien o a superar algo. ¿Qué hay de malo en eso?

El hecho es que al derrotar a alguien o superar algo, llegamos a la desunión y / o a la desintegración en los otros niveles. Los ejemplos no son difíciles de encontrar. Cualquier guerra, incluso la más liberadora, provoca bajas. Así ha sido, y además también está ocurriendo esto en la actualidad. No somos capaces de prever las consecuencias de nuestra unificación.

Estamos unidos por la naturaleza de acuerdo a su propio programa. Este proceso comenzó después del Big Bang, y continúa hasta nuestros días. La tendencia a unir impregna a toda la humanidad. Esto lo sabe mucha gente; se habla mucho de ello, sobre todo hoy, pero no sacamos conclusiones ni queremos construirlo.

«Con todas las opciones, tenemos la tendencia inexorable de la evolución humana desde la época de las sociedades hasta la era de las súper-sociedades.» (Alexander Zinoviev, Hacia la supersociedad)

Nosotros seguimos viviendo por medio de nuestros propios intereses, que no son necesariamente los mismos, si se me permite decirlo, que los intereses de la naturaleza. ¿De dónde viene esta confianza? Todo es muy simple. Ni siquiera tratamos de tener en cuenta estos «intereses naturales». De hecho, ¿qué intereses puede tener la naturaleza? No es sólo una tontería hablar, sino incluso pensar en ello.

Tenemos que unirnos, porque esta es la directriz de la Naturaleza, y la propia Naturaleza debemos ayudarnos con esto. En la segunda parte del libro, discutimos en gran detalle el método de unidad basado en las leyes de la naturaleza. Ahora, hablemos del asunto sin rodeos, ¿por qué necesitamos unirnos? ¿Dónde podemos ver los beneficios de esa unidad en la vida?

Podemos aprender algo acerca de los beneficios de la unidad a partir de una historia que ocurrió en 1968.

En ese entonces, el submarino nuclear estadounidense Escorpión desapareció en extrañas circunstancias. El último contacto por radio con el Escorpión fue el 21 de mayo cuando el submarino se encontraba a 400 kilómetros al noroeste de las Azores, cinco días antes de su programado regreso a la Estación Naval de Norfolk. Había 99 miembros de la tripulación a bordo.

Se llevó a cabo una búsqueda en la zona con un radio de veinte millas y a una profundidad de más de mil metros.

Uno de los oficiales de la marina, John Craven, propuso la aplicación de una manera inusual para calcular las coordenadas del submarino. Reunió a un grupo, conformado por matemáticos, buzos, trabajadores de rescate y otros profesionales.

Al grupo se le dio toda la información conocida sobre el submarino. La información era muy escasa y nadie sabía lo principal: qué pasó con el barco, cuál fue su velocidad y qué curso tomó.

La esencia de la técnica de Craven fue la siguiente. El grupo organizó debates conjuntos, donde representaron diversos escenarios de lo que había sucedido.

En la etapa final de la discusión, cada participante ofreció su versión de lo sucedido. Craven reunió todos los escenarios y reunió un colectivo de previsión de las coordenadas del submarino, que, por cierto, no coincidió con ningún escenario.

Pasaron cinco meses. El submarino hundido fue descubierto a una profundidad de 3.000 metros. La ubicación de la embarcación resultó estar sólo a 183,4 metros de distancia del punto que el grupo de Craven indicó.

Conclusión: De forma individual, cada miembro no sabía nada, al mismo tiempo, el grupo lo sabía todo. El grupo, la conciencia colectiva es más elevada que la conciencia de un solo individuo.

«Los enigmas desconcertantes que en la naturaleza llamamos capricho, y en la vida humana cambio, son astillas de una ley revelada en destellos». (Victor Hugo, El hombre que ríe)

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