Elevarse por encima de los deseos, preferir el avance espiritual

El anhelo interior por conocimiento, avance y desarrollo científico es inherente en la humanidad. Sin embargo, debemos llegar a una clara toma de conciencia de que sólo la equivalencia de forma con la fuerza superior nos dará satisfacción digna de un humano. Lo demás es sólo una Klipá, que no debemos tocar. 

Nos parece que con ayuda del conocimiento externo lograremos algo, pero pronto llegaremos a una crisis en la ciencia. Todo lo que ha desarrollado la humanidad, excepto el alma, es trabajo con ídolos, no trae ningún beneficio; al contrario, nos lleva en dirección opuesta. Al final, hace que nos arrepintamos y elevemos nuestras manos.1

En el mundo corporal, un héroe es el que quiere triunfar sobre otros con su egoísmo. En el mundo espiritual, un héroe es el que se sobrepone a su propio ego.2

La envidia es la fuerza más poderosa. No puedo soportar que otros tengan lo que yo debería tener. Esta sensación es muy fuerte porque viene de la influencia de la Luz superior que no me deja sentir a los otros como a mí mismo. Por lo tanto, envidio que todos sus logros, comparados con lo que yo veo en mí mismo, parecen estar multiplicados muchas veces, de acuerdo a nuestra distancia.3

La envidia surge porque venimos del alma única de Adam HaRishón; por eso podemos sentirnos unos a otros, podemos ver lo que tiene el amigo. El ego multiplica por muchas veces lo que veo en el amigo, de manera que, incluso lo más insignificante en manos de otros, parece muy valiosa para mí y quiero tenerlo. Me parece que, exactamente me falta lo que él tiene y si lo obtengo, estaré completamente satisfecho. Esto viene del sistema de Adam HaRishón.4

Si siento envidia o algún deseo, eso es lo que tengo que trabajar. No somos responsables por nuestro deseo ni por su carácter -el deseo aparece, desaparece y regresa una vez más. En la sabiduría de la Cabalá, no estamos en guerra con ningún deseo, simplemente nos volvemos más integrados en el entorno correcto donde obtenemos la dirección y la fortaleza correctas. 

El hombre no puede derrotar a su deseo en una batalla frontal y no hay razón para intentarlo. Debemos considerar que todos los deseos me son enviados con el fin de crecer. Si destruyo un deseo, no puedo crecer. Debo elevarme por encima del él y preferir el avance espiritual. Esto es posible en la conexión con el entorno y orando ante el Creador, la implementación del método de corrección. 

Ni siquiera tomo en cuenta los deseos que son revelados en mí, porque no tengo intención de conocerlos. Los veo sólo como trampolín sobre el cual apoyarme para saltar. Esa es la actitud correcta.5

De la 2a parte de la lección diaria de Cabalá 13/dic/19, Introducción al Libro Panim Meirot uMasbirot

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