En el centro de todos los círculos y en el final de la línea

Pregunta: ¿Cuál es el trabajo interior en el grupo entre los círculos (Igulim) y la «línea recta» (Yosher)?

Respuesta: Antes yo estaba satisfecho con el éxito en el mundo corporal, pero de repente sentí que algo faltaba en mi vida, y comencé a buscar un lugar donde me sintiera mejor. Gracias a esta sensación he llegado a la ciencia de la Cabalá, pero ¿quién fue el que me empujó a ello?

Mis preguntas se llaman, «el deseo por el llenado» (Jissaron). Yo (mi «punto en el corazón») había existido en algún lugar «redondo» y de repentinamente me sentí mal. En otras palabras, una cierta tensión emergió entre mi entorno y yo, una diferencia, un «delta.» Sentí este delta (diferencia) como el mal, ya que estaba atormentado por la pregunta, «¿Para qué estoy viviendo?» ¿Por qué no siento satisfacción y equilibrio.

De esta sensación, la Luz Circundante empezó a influirme y a moverme ya que la preservación del equilibrio es una ley de la naturaleza. La Luz Circundante es lo que me está empujando a un estado de equilibrio.

Yo había comenzado a moverme y hubo una transición dentro de mi siguiente estado; empecé a buscar respuestas en el llamado misticismo, entonces, luego fui a cierta filosofía y, finalmente, llegué al centro del círculo: la ciencia de la Cabalá.

Entonces, ¿quién es el que me ha llevado a lo largo de todo este camino? ¡Es la Luz Circundante! Yo siempre he existido en ella, sólo que no siempre me di cuenta. Así que pasé a través del primero, segundo, tercero y cuarto estado.

En el segundo estado, yo estaba más tranquilo con respecto a la Luz Circundante porque sentía menos presión que en el primer estado. Pero después de pasar algún tiempo en ese estado, fui influenciado por la Luz  Circundante y comencé a sentir que este estado no es muy bueno. Es decir, aumentó mi sensibilidad a la Luz Circundante, que ¡me hizo sentir mal otra vez! Y de nuevo comencé a buscar.

Por lo tanto, es la Luz que me empuja en todo momento. En esencia, no hago nada por mí mismo, es la luz trabajando en mi deseo, hasta que alcance el mismo centro.

En el centro hay una cualidad totalmente única llamada un «grupo.» En este punto, la Luz Circundante (Or Makif) y la Luz Interior (Or Pnimí) dejan de influirme totalmente.

Yo existo en el punto central de todos los «círculos» (Igulim) donde no funcionan y también al final de la «línea» (Yosher) donde tampoco funcionan. Entonces, ¿qué voy a hacer?

Y aquí es donde necesito actuar de forma independiente, porque yo me encuentro en un punto de libre albedrío. En la actualidad la Luz no actúa en mí, sino que espera. En la medida en que pueda salirme de este estado de equilibrio, ¡la Luz empezará a influirme!

Me conecto al grupo, y ¡todos los deseos adicionales que recibo me elevan! Estos deseos pertenecen a la línea, porque los he recibido del grupo.

Cuando mi deseo cae dentro de la línea, me encuentro una vez más bajo la influencia de los Igulim (después de todo, todavía no tengo una pantalla, Masaj, y no pertenezco a Yosher), y una vez más siento una diferencia entre  los círculos y yo.
Esto lleva a la Luz Circundante a influirme. No es la Luz general, sino una que pertenece a la Luz porque he recibido mi deseo del grupo, que es la línea. Esta Luz Circundante en la línea desea elevarme para que los dos estemos en equilibrio.
En esto radica la Segulá (remedio), el poder milagroso de la Torá, porque esta luz me influye y me eleva en este «tubo» directo. Me elevo a causa de la Luz Circundante, pero esta luz me influye en la medida en que actualizo mi libre albedrío en el grupo, conectándome a él en el estudio colectivo.

¡De esto se trata todo nuestro trabajo! Baal HaSulam explica en el libro, Beit Shaar HaKavanot, que es el fundamento de todas nuestras intenciones para alcanzar el otorgamiento. Por lo tanto, sólo puedo ascender «en la línea» con la ayuda de una fuerza adicional, que he recibido del grupo. De acuerdo con el deseo recibido del grupo, la impresión de la importancia de la meta, la grandeza del Creador y la mezquindad de mi propio ego, la Luz Circundante comienza a influirme.

(26489 – De la tercera parte de la Lección Diaria de Cabalá del 14 de noviembre 2010 – Rav Yehuda Ashlag, Beit Shaar HaKavanot.) 

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