Se ha explicado que la esencia corpórea se separa y se divide por la fuerza del movimiento y la lejanía del lugar. Y la esencia espiritual se separa y divide por la disparidad de forma.
Según la medida de la disparidad de forma, así es la medida de la distancia entre ellos. Si la disparidad de forma llega a ser completamente opuesta, de un extremo al otro, se vuelven completamente separados y distintos (Baal HaSulam, El Estudio de las Diez Sefirot , parte 1, “Observación Interna”, capítulo 3, punto 15).
Pregunta:
En nuestro mundo, somos completamente opuestos a las cualidades del Creador y no lo sentimos en absoluto. ¿Existe alguna otra realidad en la que seamos aún más opuestos al Creador? ¿Es este el punto más extremo?
Respuesta:
El hombre por su naturaleza es absolutamente opuesto al Creador. De todos los tipos de deseos de la naturaleza, inanimada, vegetal y animal, no hay nada más distante del Creador que el hombre. En el futuro, como resultado de su corrección, no habrá ningún objeto más cercano al Creador.
Pregunta:
El hombre es el más distante en cualidades del Creador. ¿A esto se le llama “nuestro mundo”? ¿Es esta la condición más remota o hay otras aún peores?
Respuesta:
No, no hay peores.
Pregunta:
En el proceso de nuestro desarrollo, ¿nos estamos alejando del Creador o acercándonos a Él?
Respuesta:
Nos estamos acercando al distanciarnos. Nos vemos constantemente distanciandonos del Creador, no semejantes a Él. Al mismo tiempo, tenemos la oportunidad de llegar a ser como Él. Esta es la paradoja de nuestro desarrollo.
En principio, cuando nos desarrollamos, nos sentimos más y más lejos del Creador a medida que la voluntad de recibir en nosotros se vuelve más y más grande. Pero, por otro lado, existe la oportunidad de acercarnos a Él. Como está dicho: “Cualquiera que es mayor que su amigo, su inclinación es mayor que él”