En la cresta de los movimientos de protesta

Pregunta: ¿Qué debemos hacer para que nuestra ahogada voz, la gota en el océano, sea escuchada lo más fuertemente posible, para que la gota se convierta en grandes flujos y las personas nos escuchen finalmente?

Respuesta: Pienso que debemos estar en la cresta de los movimientos de protesta, porque el gobierno los estudia y les teme. Si tomamos nuestro lugar en este movimiento de protesta y nos elevamos sobre todos, al mostrarles y convencerlos de que la solución no es destruir, robar, romper ventanales y prenderles fuego a los negocios, entonces primero, el gobierno nos vería como un factor positivo y segundo los sicólogos, sociólogos, politólogos, y otros estudiarían este fenómeno. Tenemos que entrar en esos movimientos de protesta y actuar en paralelo al mostrarles a todos nuestra ideología, nuestro método.

Espero que con el poder de los grandes movimientos de protesta  y sus millones, lleguemos a ser conocidos.

Por supuesto, los movimientos de protesta en sí no quieren usar los métodos amables que les ofrecemos, pero por otra parte, no tienen un método propio, ¿Robar bancos como los bolcheviques o los franceses durante las revoluciones?

¿Entonces cómo debemos actuar? Si son países democráticos libres, debemos usar los sistemas parlamentarios y pedirles que voten por un miembro u otro, ya que las protestas en la calle realmente nunca han llevado a nada.

El punto es que existe aquí una imagen completamente diferente. Si en cualquier momento los movimientos de protesta fueron una especie de catalizador de los procesos sociales, económicos y socio políticos, hoy no pueden hacer nada porque hemos llegado a un estado que no tiene donde ser catalizado.

El gobierno no puede hacer nada. No puedes presionarlo para que tome alguna decisión. Este puede cortar el pastel político de manera un poco diferente, arrojarte algún pequeño obsequio, comprar a los líderes de los movimientos de protesta, o alguna otra acción así; existen muchos métodos que ellos pueden usar aquí.

Lo principal es que ni el gobierno ni los movimientos de protesta pueden ofrecer nada real, aunque estos movimientos todavía no estén maduros para llevarnos más rápido a un punto donde nazca algo nuevo. Aquí no puede nacer nada. Entonces ellos entienden que aparte de gritar, «¡Dame!» No hay nada que puedan hacer y el gobierno no tiene nada que tomar o dar.

Hemos llegado a un estado en el cual todos los países tienen profundas deudas ¿De dónde tomarán algo? No hay fondos suficientes para darles a todos ¿Qué significa compartir? Significa recortar el gasto en otras necesidades. Supongan que los oficiales roban, ok, entonces ellos dan lo que roban. Incluso si los pones en la cárcel, tomas lo que robaron, y supón que de ahora en adelante nadie robará; esto no cambiará nada. No estoy hablando de corrupción en ciertos países, sino de países normales democráticos. No importa cómo calcules el presupuesto, nada ayudará, porque estamos en un estado en el que las personas están siendo despedidas de sus trabajos, porque ya no las necesitan ¡No hay necesidad de que estén ahí!

No es sólo otra crisis que puede ser superada, como en el pasado, introduciendo nuevas tecnologías o mediante la guerra. Entendemos que hoy ésta no es la solución al problema. Por lo tanto, no tomamos el papel de abogar por  reducciones, sino el papel de maestros, enseñando la fuente de la solución que nadie tiene.

Esto significa que debemos mostrar a la población general que ellos no tienen la solución. Vemos lo que está sucediendo con los movimientos de protesta: sus intentos de realizar cambios aparentemente positivos, llevan a resultados opuestos después de un tiempo. Es más, sucede todo el tiempo. Entonces es mejor no hacer nada. Cuando el estado trata de ayudar y comienza a buscar reservas y a darles más a las personas, eventualmente esto lleva a precios más altos y a un desequilibrio incluso mayor.

Nadie tiene una solución, y nosotros sólo necesitamos ofrecer nuestro método constantemente, persistentemente, y de forma obstinada, hasta que sea escuchado; el método de acuerdo al cual la persona se cambiará a sí misma y se volverá una parte integral de la sociedad integral. Entonces seremos capaces de equilibrarnos a nosotros mismos, a la sociedad, y a la naturaleza y de alcanzar la armonía general.
(80469)
De una «Charla sobre Formación Integral» del 5/21/12

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