Entre la roca y el abismo

Baal HaSulam, «Matan Torá» (La entrega de la Torá), ítems 3-4: Dado que se nos ordenó: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Las palabras  ‘a ti mismo’ nos dicen, ama a tu amigo en la misma medida en que te amas ti mismo, no un poco menos.

En otras palabras, tú debes satisfacer vigilante y constantemente las necesidades de cada persona en la nación de Israel, no menos de lo vigilante que estas siempre para satisfacer tus propias necesidades. Y ahora… ve y mira si esta Mitzvá es realizable de alguna manera.

Nosotros estamos obligados a estudiar exhaustivamente con el fin de adquirir dos discernimientos:

  • Tenemos que alcanzar el amor por los demás en su forma verdadera, es decir que en todo lo que hagamos, en cada deseo, en todos los sentidos, en cada momento, tenemos que buscar el método para hacerles el bien a los demás, y yo hago todo lo posible para lograr eso, así como ahora hago todo lo que está en mi poder trabajando para mí mismo, tratando de hacer lo mejor para mi propio bien. Esta «auto-servicio» se cumple de manera natural, por instinto, a sabiendas y con esfuerzos decididos. Pero ahora yo tengo que actuar exactamente de la manera opuesta: tanto consciente como inconscientemente en la escala de cero al Infinito, tengo que otorgarles constantemente a todos.
  • ¿Puedo hacer eso? ¿Hay algo más antagónico y odioso para mí? ¿Cómo puedo vivir con eso, con un mandamiento tal como aquel del que nos habla la Torá?

Nos hemos acostumbrado a las palabras bonitas, les enseñamos a nuestros niños a ser amables, eso es cierto. Si yo quiero ser respetado, que la gente me respalde, tengo que hablar consecuentemente con eso. Todos concuerda en que el «amor al prójimo» es correcto, pero nadie la intención de cumplirlo seriamente. Además, nadie ha comprobado si es realmente posible.

Así que tenemos que tratar de cumplirlo en realidad. Entonces veremos la verdad, llegaremos al punto más profundo de aclaración: Resulta que nuestra naturaleza es opuesta a esta demanda. Los dos tipos de naturaleza, la de recibir y la de otorgar, están posicionadas una opuesta a la otra y nosotros estamos en medio. Por un lado, nosotros no podemos hacer nada, y por otro lado, al buscar la manera de alcanzar este reconocimiento, atraemos la Luz que Reforma. Nosotros realmente deseamos otorgar, pero no podemos; como se nos dice en la Torá «y los hijos de Israel gimieron a causa del trabajo». Si afrontamos internamente estos dos discernimientos, nos hallaremos al borde del éxodo de Egipto.
(90921)
De la 4º parte de la Lección diaria de Cabalá del 22 de Octubre del 2012, «Matan Torá» (La entrega de la Torá)

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