Nosotros solamente necesitamos pedir correctamente

Todo está dispuesto de modo tal que la fuerza superior, lo bueno y benévolo, está Arriba en las manos del Creador. Con el fin de alcanzar esta fuerza e identificarse con ella, la persona tiene que adaptarse a ella, adherirse a ella y sólo descubrir un deseo para eso. Sus correcciones y su ascenso dependen totalmente de la fuerza superior.

Resulta entonces que hay una fuerza negativa abajo y una fuerza positive arriba, y la persona se encuentra en medio para que ella sea capaz de determinar por sí misma si quiere unirse a la fuerza de recibir o a la fuerza de otorgar.

Cuando ella se establece apartarte de estas dos fuerzas y comienza a determinar su estado, esto significa que está conectada con el punto «humano» en ella. Todo nuestro trabajo es aclarar en qué estados caemos constantemente. La fuerza superior determina todas estas sensaciones dentro de nuestro ego, dentro de nuestros deseos y dentro de todos nuestros atributos de modo que veamos cuán opuestos somos a la naturaleza superior, a la cual queremos parecernos y la cual queremos alcanzar.

Por consiguiente, nosotros seremos capaces de determinar qué pedir. De hecho, no se requiere nada de nosotros, salvo el ruego, y este es la suma de todo nuestro esfuerzo.

Por lo tanto se nos dice: «¡He trabajado y he encontrado!» Yo me esfuerzo con el fin de verificar y aclarar mis atributos comunes, los cuales recibí como preparación desde Arriba como resultado de la ruptura. Yo tengo que comparar estos atributos en contraste con los atributos del Creador, pero ¿cómo hago para saber quién es el Creador?

Yo tengo que anhelar el otorgamiento en el grupo y sentir constantemente la grandeza de la meta. Cuando una fuerza opuesta se revele ante mí, yo seré capaz de comparar las dos fuerzas. No me comparo a mí mismo con los demás, sino que elevo constantemente la línea derecha y después es evocada dentro de mí la izquierda. Entre estas dos líneas yo aclaro mi deficiencia al anhelar asemejar la línea derecha con mi línea izquierda.

Así yo ejecuto la «obra santa» en mi corrección y hago todo lo que esté a mi alcance con el propósito de descubrir finalmente cuán opuesto soy a la santidad y a la pureza. Esto me lleva a una plegaria.

Primeramente todo se logra solo por el poder de la oración, la cual es el resultado de todos nuestros esfuerzos. Si yo descubro la correcta deficiencia dentro de mí, soy recompensado por parte de la Luz con el otorgamiento, con la corrección y luego con un llenado, es decir con la adhesión al Creador.

La persona llega a la implementación de la obra de esta manera muy especial: Desde el absoluto opuesto al Creador, ella se adhiere al Creador. Debemos entender que no hay estado más alto en nuestro trabajo que la sensación de deficiencia, de una plegaria, si esta deficiencia es real. Así es cómo se revela la suma, la conclusión de todo nuestro esfuerzo.

(91011 – De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 23 de octubre del 2012)

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