¿Es posible hacerse amigo de una suegra?

Pregunta: la Psicología Social habla del papel de la “charla casual” y afirma que para tener una buena relación con sus vecinos, es suficiente decir simplemente «Hola» en cada encuentro. Si no hacemos esto sistemáticamente, entonces en el sistema general paso a estar en deuda con mis vecinos. Cuando esta «deuda» alcanza su máximo, los vecinos simplemente pueden librarse de mí. ¿Puede este tipo de información ayudar a una persona a construir una sociedad integral?

Respuesta: por supuesto que puede. Esta información habla sobre el hecho de que todos estamos conectados integralmente y por lo tanto, necesitamos recibir ciertas señales entre nosotros, por lo menos para interactuar al nivel de «Hola». Este es un buen ejemplo.

Pregunta: ¿Puedo dar otro ejemplo? Hemos hablado bastante sobre la peculiar interacción entre parientes. Por alguna razón, la mayoría de las personas intentan construir una relación amistosa con, digamos, su suegra. Obviamente, no lo logran; están abrumados por estos lazos, que luego se convierten en resentimientos. En los cursos de educación integral, ¿podemos decirles a las personas que no debería intentar ser amigos de sus suegras, que esa es una forma diferente de interacción?

Respuesta: Las personas necesitan aprender mucho con respecto a esto, en particular acerca de cuáles niveles de conexión deben tener. Sin embargo, no creo que necesitemos funcionar de la manera en que los psicólogos lo hacen hoy en día. Si entramos en el nivel de integración mutua, la actitud bien intencionada, la actitud simple de las personas hacia los demás, involuntariamente construiremos las conexiones correctas, donde no nos rehuimos o nos abrumamos unos a otros.

Son precisamente estas interacciones mutuas y sinceras las que nos colocaran en nuestras posiciones correspondientes con respecto a los demás, como las ruedas dentadas o engranajes. Hay personas con las cuales mi conexión es más estrecha, así como aquellas que están más alejadas de mí. Yo no debería pretender otra cosa y apuntarme hacia una relación estrecha con todo el mundo.

Por lo tanto, si estoy atado a mi pareja a través de lazos familiares, no significa que tenga que estar conectado de manera similar con su madre y otros parientes ya que todo esto se lleva a cabo sólo a través de mi pareja y de ninguna otra manera. Si no fuera por mi pareja, posiblemente ni siquiera les habría conocido. Es necesario que nosotros les mostremos estas conexiones directamente, para aclararlas.

Cuando llevamos a las personas hacia la integridad mutua, ellos entienden que la separación o cercanía mutua deben originarse precisamente desde nuestro estado en el sistema general. Y por eso no debería existir ninguna ofensa o resentimiento.

Saludo a mis vecinos por el hecho de que vivimos en la misma ala de un edificio de apartamentos o en el mismo piso, esto me obliga a hacerlo, mientras que no tengo ninguna obligación de saludar a las personas que viven en una casa vecina o incluso en un ala vecina.

En otras palabras, es precisamente nuestra compatibilidad con cada uno de nosotros y nuestra cercanía lo que determina hasta qué punto debemos exponer esta conexión mutua, esta cohesión con otras personas. Por lo tanto, si esto es reconocido por la gente, no están obligados a hacer nada. Por el contrario, ellos naturalmente, desde adentro, entrarán en algún contacto determinado de acuerdo con el sistema general, la interconexión global entre todos.

No veo un problema en esto y creo que todo esto florecerá dentro de cada persona.

(67063 – Tomado de una «Charla sobre Educación Integral» # 6, 14/12/11)

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