¡Esa oportunidad existe!

No tenemos otra opción: debemos adquirir la fuerza de otorgamiento además de la fuerza egoísta que nos dio la naturaleza. Y tendremos en nuestras manos dos riendas con las que podremos controlar el mundo y nuestra vida. 

Pero ¿de dónde obtener esta fuerza de otorgamiento? Existe en la naturaleza, pero es totalmente extraña para nosotros. El hombre fue creado con la única fuerza del egoísmo y sólo se preocupa por recibir. 

Necesitamos una segunda fuerza, una fuerza altruista, para construir un sistema completo con la ayuda de dos fuerzas y poder controlar el mundo con dos riendas, como el jinete al caballo. 

¡Esa oportunidad existe! La segunda fuerza está presente en la naturaleza; sólo necesitas aprender a usarla. Si queremos alcanzar la fuerza de otorgamiento, podemos actuar combinando esas dos fuerzas opuestas- justo como la naturaleza funciona donde hay más y menos, calor y frío, etc. Todas la naturaleza, excepto el hombre, tienen dos opuestos: todo el mundo inanimado, vegetal y animal y los niveles inanimado, vegetal y animal en el hombre mismo. 

Sólo el hombre, en su intención interna, actúa sólo con la fuerza de recepción. No existe ninguna fuerza de otorgamiento en él. Incluso si da, es con la intención de recibir algo: es decir, su entrega es una recepción oculta. 

Este es nuestro problema. Por eso no podemos construir una sociedad o familia normal. No podemos percibir la realidad correctamente porque está entretejida con dos fuerzas. Estamos en un mundo infinito, espiritual, pero no lo sentimos. Nos falta sólo un órgano más de percepción para sentirlo, el órgano de otorgamiento, además del de recepción. 

Y sentiremos un sistema completo, perfecto y entenderemos dónde existimos y cómo vivir. ¡Descubriremos que en realidad somos eternos y perfectos! No somos tan temporales y mortales como nos parece ahora, cuando observamos todo con un solo sentido que es diminuto, miope y no ve más allá de los grados de este mundo. 

El universo es mucho más grande y más elevado, pero no podemos siquiera sentirlo con este deseo de recibir que tenemos; es muy lamentable. 

Todos los sistemas de la naturaleza están formados por dos fuerzas en equilibrio: recepción y otorgamiento, más y menos, absorción y segregación. El sistema humano contiene sólo una fuerza y siempre enfrentamos la fragmentación porque queremos usar sólo el poder de recepción y no el poder de otorgamiento. Carecemos de una segunda fuerza. Estamos obligados a establecer sistemas de otorgamiento entre nosotros. Pero no podemos hacerlo por naturaleza, por lo tanto necesitamos construir una nueva relación entre nosotros. 

Nadie nace con la fuerza de otorgamiento. Todos saben que los niños pequeños toman todo para ellos mismos y no están de acuerdo en soltar lo que tienen en sus manos. Esta es nuestra naturaleza ¿cómo construimos sistemas satisfactorios y cómo equilibramos nuestras relaciones? 

Necesitamos lograr equilibrio. Nadie nos prohíbe usar el poder de recepción, pero es necesario equilibrarlo con otorgamiento, así, el sistema humano comenzará a funcionar de forma correcta, como el metabolismo en el cuerpo, como todos los sistemas naturales. 

De otra manera, existimos en la naturaleza como un cuerpo extraño, hostil, como un tumor canceroso.
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De la lección diaria de Cabalá 6/oct/21, Escritos de Rabash, Articulo 919 «Con respecto al entorno» 

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