Este es mi Faraón que sufre

Hemos adquirido algo grande y precioso durante la Convención: hemos descubierto por primera vez que el Faraón está sentado en nuestro interior y nos odia, y tenemos que librarnos de él, huir, salir de Egipto… pero somos incapaces de hacerlo.

Nunca hubiéramos podido darnos cuenta que debemos correr lejos de él. Esperábamos que pudiéramos revelar la espiritualidad en nuestro egoísmo, “en Egipto”. Pero ni siquiera pensamos que este es “Egipto”. Sin embargo, ahora empezamos a entender que debemos escapar de él.

Nuestro egoísmo, el Faraón, recibió un golpe, y esta desilusión pasó a través de él. Ahora vemos que tenemos que distanciarnos del deseo en el que revelamos la decepción y la amargura.

Sin embargo, si no hubiéramos ido hasta el final, no habríamos sentido la desilusión; hubiéramos sentido que verdaderamente algo nos está deteniendo. No existe el término medio en la espiritualidad; tenemos que llegar hasta el fin.

Por consiguiente, ahora una nueva sensación se manifiesta en nosotros. Esa misma desilusión, la fuerza del sufrimiento que ahora sentimos (pues he invertido tanto esfuerzo, tenía tantas esperanzas y nada sucedió) es mi Faraón que recibió una paliza y ahora está sufriendo.

Sin embargo, el Faraón tiene que sentir las palizas pues de otra forma no podremos huir de él. En realidad, solamente escapamos del mal.

Si revelo mi deseo egoísta, mi naturaleza como mala, quiero escapar de esto. Y tal vez tenga que experimentar muchos más golpes antes que decida que debo hacerlo. Literalmente tengo que salir fuera de mi piel, salir de mi “cuerpo”. Esto se llama el Faraón que recibe golpes, las “diez plagas de Egipto”.

Hemos logrado esto solamente porque a pesar de todo nos unimos. Uno siempre se descubre frente el otro, como está escrito, “En Tu Luz veremos la luz”. Gracias a esta unificación y a nuestra preparación, nos damos cuenta que sufrimos debido a nuestra naturaleza egoísta. ¡Y esto es un gran logro!

Millones de personas que participaron en la Convención virtualmente estuvieron junto a nosotros. Ellos también pasaron por los mismos estados.

(26438 – De la lección sobre la Porción semanal de la Torá el 12 de noviembre 2010.)

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