Fusionados en un corazón

Pregunta: ¿Podría usted formular brevemente el propósito de la convención en el desierto de la Aravá?

Respuesta: Tenemos una meta: después de unirnos, revelar la adhesión con el Creador. Tenemos que revelar una estrecha interconexión, una fuerte unión en el alcance de la meta, en el ascenso por encima de nuestros deseos corporales, por encima de todo lo que se nos presenta en este mundo.

En nuestra mente y sentimientos, tenemos que elevarnos por encima de la realidad que sentimos aquí y unir todos nuestros corazones y pensamientos. Nuestra meta no es ensamblar simplemente el «nosotros» común a partir del «yo» individual, sino elevarnos a un grado aún mayor y convertirnos en un todo. Esto es similar a las gotas de agua que se funden en una gran gota sin dejar bordes entre ellas.

La influencia de la Luz superior nos ayuda a alcanzar este estado. No podemos imaginar este estado, pero la Luz nos puede llevar a él. Este ascenso al primer grado de unidad será el cruce del Majsom (la barrera que nos separa de la espiritualidad). Además, nos encontraremos en los pasos de la escalera espiritual, y seremos capaces de subir hasta el final de la corrección.

Además de ello, en nuestro primer estado espiritual queremos revelar fuerzas para corregir al mundo y para ayudar en su camino hacia el propósito de la creación, donde todos nos unimos con el fin de fusionarnos con el Creador. Queremos que el mundo alcance esto en paz en vez de hacerlo a través de sufrimientos, los cuales puede también empujarnos hacia adelante.

Por lo tanto, todo nuestro trabajo está en la búsqueda del mundo espiritual, es decir, en grados de fusión con el Creador. Entonces, ayudaremos a que la humanidad alcance un estado predestinado de perfección en una buena manera en la cual todos juntos daremos placer al Creador.

Pregunta: ¿A qué tipo de pensamiento debe llegar cada amigo en la convención?

Respuesta: Yo quiero perder mi conciencia personal. Quiero elevar mi mente y pensamientos por encima del cuerpo y unirme a la mente y sentimientos de todos los amigos que formarán la cabeza y el corazón colectivos, como se nos dice: «Como un hombre con un corazón».

Tenemos que imaginar este estado en el momento de la convención tratando de vivirlo, de vivir dentro de él. Yo ya no soy dueño de mí mismo, me «vendo» al grupo, yo soy fiel a él, y éste cuida de mí como el Partzuf superior se cuida del inferior, al igual que la totalidad cuida del individuo, como la mente cuida del cuerpo. A partir de ahora, yo soy conducido y regulado por el grupo.

(60930 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 11/16/2011, «Arvut» (Garantía mutua)

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