Haaretz: «La campaña de difamación de los demócratas nos puede poner a todos en problemas»

En mi columna regular en Haaretz, mi nuevo artículo: «La campaña de difamación de los demócratas nos puede poner a todos en problemas«

No podemos abolir el conservadurismo ni librarnos del liberalismo. En cambio, ¡sólo necesitamos encontrar nuestra unidad por encima de ellos!

¿Donald Trump atacó al ‘supuesto juez’? Obama lo hizo antes. ¿Donald Trump firmó una prohibición de inmigración? Obama también lo hizo y por el doble de tiempo. ¿Donald Trump quiere construir un muro? Obama también lo hizo antes. Pero ninguno de los medios convencionales traen estos paralelos a nuestra atención. En algunos casos, incluso han clasificado esa información como ‘noticias falsas’ para alejarnos de los hechos

¿Por qué sucede todo esto? Porque a diferencia de cualquier otro momento en la historia de EUA, el partido derrotado en las elecciones presidenciales se niega a aceptar que perdió y aún trata de encontrar algún camino de regreso a la Casa Blanca. Los medios más destacados que apoyan a Barack Obama y a su partido han lanzado una campaña de difamación tan absurda que sólo se puede describir como ‘noticias falsas’, con el objetivo de difamar, deslegitimizar y en última instancia, acusar al presidente. Sobre el terreno, la Organización para la Acción de Barack Obama está utilizando una red expansiva de organizaciones izquierdistas para construir el camino de los progresistas a la Oficina Oval mucho antes que 2020.

Pero están jugando con fuego. La mitad del país votó por Trump. Esa mitad no quiere la agenda progresista, que le roba empleos, valores, creencias y finalmente, su país. Los antepasados de esta parte conservadora de EUA hicieron de su país, un líder mundial. Son duros, creen en sus valores y en su Dios y han visto suficiente de lo que los expertos del Nuevo Orden Mundial tienen que ofrecer. Ellos no lo quieren. Si Trump se ve obligado a renunciar, lo más probable es que su sucesor hará que los demócratas recuerden con cariño al sonido del nombre de Trump.

De vuelta a Babilonia

La respuesta reaccionaria al movimiento progresista es un fenómeno natural que ocurre al final de cada etapa del desarrollo humano. La era liberal está terminando. Ya no es liberal; es la política de un pequeño grupo de élite que está enfrentando al público contra cualquiera que se atreva a desafiarla. Usando la ‘corrección política’, aparentemente con el fin de no ofender a las minorías, la élite dominante prohíbe la libertad de expresión y de pensamiento y destroza a la sociedad bajo el disfraz de individualismo. A medida que sucumbimos al aislamiento y a la alienación, el narcisismo vulgar donde la seudo-masturbación de las estrellas pop en el escenario, se consideran arte, estamos perdiendo nuestro activo más preciado –la conexión humana. Cuando no podemos cuidar a los demás y ellos no pueden cuidarnos, perdemos la fuerza vital necesaria para nuestra salud mental y física.

Los medios, que nos dicen que la individualidad y el pensamiento libre son todo lo que cuenta, mientras que al mismo tiempo ahogar nuestra capacidad de pensar por nosotros mismos y realizar nuestro potencial, nos confunde y frustra. En consecuencia, igual que nuestros antepasados en la tierra de bilbul (confusión), a.k.a., Babilonia, cuya mentalidad se convirtió en su homónimo, estamos desesperados y perdidos, llenos de odio y solos. Y así, muchos, aún niegan peligrosamente esta situación.

El Midrash (Beresheet Rabah) nos dice que en tiempo de Babilonia, dos fuerzas lucharon por la preeminencia. El pionero, si se quiere, de la fuerza fue Nimrod, rey de Babilonia y, el elegido de la fuerza fue Abraham. Generalizando con el propósito de esta columna (para más detalles, lea Como un paquete de cañas), podríamos decir que tanto Abraham como Nimrod entendieron la naturaleza y particularmente la naturaleza humana. Sabían que la realidad opera de acuerdo con la interacción equilibrada entre positivo y negativo, dos fuerzas opuestas que se complementan para crear un todo más grande, al que llamamos realidad. La realidad no puede consistir sólo en fuerza negativa o positiva. Tiene ambas, requiere ambas y sólo cuando los dos trabajan en armonía puede prosperar la naturaleza.

Los dos líderes también sabían que la naturaleza humana es una excepción a la regla general de la naturaleza. Desde entonces, hace miles de años, no estábamos en sincronía con la naturaleza. No éramos tan opuestos a ella como somos ahora, pero el predominio de la fuerza negativa en la psique de nuestros antepasados bastó para desintegrar gradualmente la sociedad babilónica. El libro Pirkey de Rabbi Eliezer (capítulo Rabi Eliezer) describe la alienación entre los babilonios. En el capítulo 24, describe cómo los constructores de la Torre de Babilonia ‘empujaban los ladrillos [para construir la torre] desde el este, luego descendían por el oeste. Si un hombre caía y moría, no les importaba. Pero si caía un ladrillo, se sentaban y gemían: ‘¡Ay de nosotros! ¿cuándo vendrá otro en su lugar?’ Abraham, hijo de Tera, pasó y los vio construir la ciudad. Los maldijo diciendo: ‘Que el Señor se trague su lengua’ «.

A medida que la alienación de la gente de Abraham se profundizó, su maldición se volvió realidad y lo inevitable ocurrió. El capítulo 24 detalla cómo los babilonios ‘querían hablar entre sí, pero no conocían el idioma del otro. ¿Que hicieron? Cada uno tomó su espada y lucharon entre sí hasta la muerte. De hecho, la mitad del mundo fue sacrificado allí y de allí se esparcieron por todo el mundo’

Tratar con la Ley de la Naturaleza

La maldición de Abraham simbolizaba su ideología. Sostuvo que la forma de superar la alienación es esforzarse por conectarse por encima de ella. Comprendía que la alienación e incluso el odio eran manifestaciones naturales de la fuerza negativa. Sin eso, no habría manera de activar la fuerza positiva de la conexión.

Hoy sabemos que los átomos existen en el equilibrio de estas dos fuerzas, que mantienen a los electrones a distancia relativa y constante del núcleo. Si alguna de estas fuerzas estuviera ausente, no habría átomos y nuestro universo no existiría. Este mismo equilibrio existe entre los átomos que componen las moléculas, los órganos que forman los organismos y así, a través de la cadena de la existencia, hasta su enlace final.

La psique humana se diferencia del resto de la naturaleza en que ‘la inclinación en el corazón del hombre es mala desde su juventud’ (Gn 8:21). Nos falta el equilibrio natural y nos conducimos cojeando sólo en la fuerza negativa, como si sólo tuviéramos una pierna. ¿Es de extrañar que la sociedad humana sea coja?

Abraham sostuvo que si lo que nos falta es la fuerza positiva, entonces debemos activarla por nosotros mismos. Se dio cuenta de que los sentimientos negativos en sí mismos no son una maldición, sino la base necesaria sobre la cual añadir la fuerza positiva y crear el mismo equilibrio que existe en toda la naturaleza. Abraham maldijo a los constructores de la torre, no porque no se quisieran entre ellos, sino porque no hicieron ningún esfuerzo para conectarse por encima de su alienación. Cuando vio esto, supo que no había esperanza para Babilonia.

Nimrod se negó a seguir el camino de Abraham. Eligió el camino fácil aparentemente, diciendo: ‘Si no nos llevamos bien, sigamos nuestros caminos separados’ Nimrod era el rey y su ideología prevaleció. Con el tiempo, Babilonia se dispersó y la gran civilización se hundió.

No hay a donde ir

Hoy estamos de nuevo en Babilonia: confundidos y alienados. Pero a diferencia de la antigua Babilonia, no tenemos a dónde ir. Hemos llenado el mundo con millones de personas, que no pueden entenderse ni soportarse mutuamente. Hemos intentado construir una moderna torre de Babilonia, pensando que la ciencia y la tecnología pueden hacernos felices. Pero la ciencia no puede cambiar la naturaleza humana, la causa de nuestra miseria. Como resultado, nuestras dos opciones ahora son las mismas que las de los constructores de la torre: cada uno puede tomar la espada y luchar hasta la muerte o ‘convertir las espadas en arados y las lanzas en podaderas’ (Isaías 2:4) y trabajar juntos para construir una humanidad nueva y unida.

Si escogemos tomar el camino de la unidad, entonces como con Abraham, las espadas y las lanzas -nuestro odio mutuo- serán nuestras herramientas para construir nuestra cohesión. No podemos abolir el conservadurismo ni librarnos del liberalismo. Por el contrario, nuestro individualismo crecerá y hará que la sociedad sea aún más diversa y fraccionada. Pero, si tomamos el camino de Abraham, estas nuevas perspectivas fortalecerán y enriquecerán a nuestra sociedad, haciendo que la opinión de cada uno sea más completa.

Diferencia entre derecho y ego

La semana pasada, vimos lo que sucede cuando un ego saludable se convierte en el monstruo conocido como, derecho. La profesora de NYU pensó que era justificado usar palabras profanas y lenguaje abusivo y casi atacó físicamente a policías de Nueva York, cuyo único ‘crimen’ fue proteger a los pacíficos manifestantes republicanos de la psicosis de ‘liberales progresistas’ como ella. Cuando una persona siente que sólo su camino es el camino correcto y su ego desea aniquilar todas las otras formas, es cuando un ego saludable se convierte en narcisista.

Una opinión, cualquier opinión, no es la única opinión. Se pretende que sea un bloque de construcción en la estructura que crea lo que llamamos ‘humanidad’. Todos somos parte de ella. Si alguno falta, no es igual; no está completa. Nos convertimos en humanidad cuando unimos las diferentes opiniones en un todo complementario. Si no lo hacemos, somos sólo una colección de egos que compiten por control y poder. Por eso, cuando nos unimos por encima del ego, nos sentimos íntegros y felices y cuando peleamos, nos sentimos inseguros y deprimidos.

Mi maestro, RABASH (Rav Baruch Ashlag), escribió en un cuaderno especial titulado Shamati (Escuché) lo que había oído de su padre, Rav Yehuda Ashlag, el gran comentarista de El libro del Zohar. El artículo (o quizás debería ser llamado extracto) 82, describe a Abraham pensando en cómo revelar la fuerza positiva. Rav Ashlag explicó que Abraham se dio cuenta de lo que ocurriría revelando su propio egoísmo y elevándose por encima y que sólo cuando Abraham se dio cuenta de que tenía un ego por encima del cual escalar, estuvo satisfecho y confiado en su éxito.

Esta es la esencia de la enseñanza de Abraham. Por eso el rey Salomón dijo: ‘El amor cubre todos los crímenes’ (Proverbios 10:12). El libro Shem Mi Shmuel dice que ‘La corrección del odio comenzó en la generación de Babilonia, cuando hubo separación en la humanidad. Es decir, la corrección de reunir a la gente comenzó con Abraham y sus discípulos … y el fin de la corrección será cuando todos se conviertan en un paquete’. A este respecto, el gran Rav Kook escribió (Cartas del Raiah), ‘La gran regla sobre la guerra de opiniones cuando cada opinión contradice a la otro, es que no debemos contradecirla, sino construir sobre ella y por lo tanto ascender’

Tiempo de actuar

El ‘truco’ de elevarse por encima de las diferencias para crear un todo más elevado es único para los descendientes de Abraham. Es también la clave de nuestra felicidad. Para unir el enredo en la sociedad de EUA, se deben tomar medidas y ¡unirse por encima de las diferencias! No tiene sentido tirar tierra al otro lado o tratar de probar su justicia y la maldad del otro lado. Cualquier cosa que promueva la separación es inherentemente malvada. Así que ahora, todos los lados están equivocados.

Ahora depende de EUA tomar el legado de los antepasados comunes, el método de unión por encima de diferencias y aplicarlo entre todos los descendientes de Abraham: judíos, cristianos y musulmanes. Si EUA quiere ser grande de nuevo, ésta es la única forma de hacerlo. El camino para convertir el auto-beneficio en un ego saludable que contribuya a una sociedad sana no es por separación, sino por unión por encima de nuestra individualidad única, tal como lo hicieron los estudiantes de Abraham en los días de Babilonia.
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