Cada letra en hebreo, es un símbolo de algún estado que siempre incluye la cualidad de otorgamiento, la cualidad de recepción y su combinación.
No ha habido cambios en el hebreo, desde que apareció hace casi 6,000 años; la escritura y la gramática han permanecido absolutamente igual, no cambian, porque no cambia el mundo espiritual, de donde todo proviene.
Este es un idioma congelado, dado que su origen no está en nuestro mundo. Nuestro mundo está cambiando constantemente y no así el mundo espiritual.
A pesar de que las personas han cambiado significativamente, a lo largo de los muchos años que han pasado desde la aparición del hebreo, si hubiéramos conocido a alguien de ese tiempo, digamos Moisés o Abraham y comenzaran a hablarnos, hubiera sido muy difícil para nosotros entender su diálogo. No obstante, podemos fácilmente leer los textos escritos.
Están escritos de la misma forma que los actuales, incluso con mayor precisión, dado que en los últimos cien años del uso cotidiano del hebreo hablado, se ha distorsionado terriblemente la base. Sin embargo, este no cambia nada en las fuentes cabalísticas.
