Invitado de honor- Abraham

El Partzuf espiritual comienza a construirse a partir de Keter. Keter, Jojma, Bina– son propiedades que llegan a nosotros desde arriba. Y necesitamos reproducirlas dentro de nosotros, en nuestra conexión, no dentro de cada uno, sino en la decena. 

Por lo tanto, la construcción del Partzuf comienza con la Sefirá Jesed, la cualidad de Abraham. Esto es que la decena trabaja en la cualidad de Abraham con el fin de conectarse con otro en esta cualidad. 

Debe reinar en nosotros y comenzar a gobernarnos de manera que entendamos y sintamos que el poder de Abraham, Jesed (misericordia), se viste en nosotros. Abraham, de quien habla la Torá, es una fuerza de la naturaleza. 

Aquí es donde comienza el Partzuf espiritual, es decir, la sensación de nuestra alma. Durante la semana de la fiesta de Sucot, intentaremos encontrar dentro de nosotros mismos las propiedades de las Sefirot: Jesed, Gevurá, Tiferet, Netzaj, Jod, Yesod y Maljut. Se manifestarán en nosotros y comenzarán a vivir. Es decir, sentiremos esta estructura espiritual, una atmósfera especial que nos conecta y a partir de ahí, revelaremos todos los nuevos elementos y fuerzas del mundo espiritual. 

Ushpizin es la invitación para un invitado, una nueva fuerza en el grupo. Es cuando nos esforzamos por unirnos y queremos que esta fuerza sea revelada entre nosotros, como inicio de nuestra alma. Es sabido que esa fuerza, la luz de Jojma, no puede brillar sobre nosotros constantemente, es un rocío intermitente, gota a gota. Cuando recibimos esas gotas de luz, significa que la buena suerte llegó a nosotros. 

Para recibir esta luz, necesitamos preparar un espacio amplio entre nosotros, es decir, una conexión en la luz de Jasadim, donde cada uno está dispuesto a abrirse y encontrarse con el otro. La luz de Jojma puede brillar sólo en el atuendo de la luz de Jasadim. Y la luz de Jasadim (misericordia) es llamada “amplia”, como está dicho, “corazón amplio” y “mano abierta”. 

La luz de Jojma es llamada Ushpizin, un invitado que llega y se viste en la luz de Jasadim. Si no existe luz de Jasadim, la luz de Jojma no puede llegar y vestirse en nosotros. 

Hablamos de diez amigos que buscan lo espiritual. Y deben unirse en otorgamiento mutuo, relacionarse entre ellos “con el corazón amplio y la mano abierta”, es la cualidad de Abraham. Si se organizan en esa conexión, ahí se viste la fuerza de Abraham, la primera sensación de revelación de la fuerza superior, el mundo superior, el Creador. 

No permitimos ninguna crítica a nuestros amigos, ninguna confirmación y construimos la base del Kli llamado Abraham, Jesed, dentro del cual sentimos la primera revelación espiritual. La luz de Jojma comienza a desplegarse dentro de la luz de Jasadim que creamos. 

Lo principal es no hacer ningún cálculo, excepto por una buena asociación e intentar desde el fondo de nuestro corazón, tratar a los amigos como iguales y pensar sólo en qué darles a cambio. Es decir, intentar preparar un lugar para ellos, para la revelación del Creador de manera que Él se abra en cada uno. Es decir actúo con misericordia  para ellos. 

No puede haber nada negativo en la propiedad de Jesed (misericordia). Está por encima de cualquier aclaración o crítica como simple amor por mi prójimo, sólo una actitud amable. 

Constantemente debemos esforzarnos por mantener esa actitud, Jésed, porque es la base del Kli espiritual, la condición para estar en el espacio espiritual. Por eso, Abraham es llamado el padre del pueblo. Todo el pueblo espiritual, es decir, todo el que quiere acercarse al Creador, debe adquirir esta propiedad.
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De la lección diaria de Cabalá 3/oct/20, “Sucot

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