Janucá es la salida de la oscuridad

Janucá es la primera festividad que celebramos en nuestro desarrollo espiritual. Toda la Torá habla sólo del desarrollo espiritual del hombre y en realidad, Janucá es apenas mencionado, porque este estado aún no llega a recibir la luz superior. Es sólo la preparación para las correcciones. 

Janucá es el desarrollo del hombre hasta el nivel de Bina, la primera etapa espiritual, otorgar para otorgar. Y queremos lograrla con nuestra conexión en el grupo, por encima de nuestro ego, el deseo de recibir placer, por encima del rechazo mutuo y todos los obstáculos que evitan que logremos la unidad. 

La primera etapa de unidad es llamada Janucá, “aparcamiento”. Cuando llegamos, ganamos el poder de otorgar y entendemos que es un medio para comprender al Creador después de este paso, ya no sólo en la intención de otorgar, sino en el acto de otorgamiento, la realización de esta intención  en la práctica, en nuestro deseo. 

Eso ya es recibir para otorgar, la recepción práctica de la luz superior en aras del otorgamiento, que nos hace similares al Creado y abre nuestro diálogo con la fuerza superior: “Yo soy de mi Amado y mi Amado es mío”. 

Sin embargo, esto sucederá más tarde, por ahora, debemos adquirir la intención de otorgar en todos nuestros deseos, es decir, lograr otorgar para otorgar, que es simbolizado por Janucá, “aparcar”, en el camino de la corrección. 

Janucá es una salida de la oscuridad. Pues, no vemos el mundo espiritual, la verdadera realidad; vivimos en total oscuridad, encerrados dentro de nuestro ego. Si queremos corregir esos deseos para otorgar, iremos hacia la luz de otorgamiento. Por eso, Janucá se llama fiesta de la luz. Comenzamos a abrir nuestra alma y aprendemos a usarla correctamente, luz de luz de misericordia, Jassadim, dentro del alma. 

Si el deseo es corregido, si el poder del otorgamiento es adquirido, la luz de Jasadim, después de la fiesta de Janucá ya puedes usarla para recibir en aras del otorgamiento, llenar tu alma con la luz superior, NRNHY y ser como el Creador. 

Janucá es la transición de la oscuridad, del deseo de disfrutar, hacia la luz, el deseo de otorgar, por eso es llamada fiesta de la luz. La tradición de encender velas en Janucá en nuestro mundo simboliza la corrección espiritual interna que necesita tu alma. 

Disfrutar en otorgar para otorgar, es elevarnos por encima de nuestro deseo egoísta. El milagro de Janucá es que ascendemos al nivel opuesto al deseo de recibir placer: de Maljut a Bina

Los deseos de recibir placer dentro del hombre, que se resisten a la espiritualidad, son llamados griegos. Aparentemente hay una guerra entre los griegos e Israel, por supuesto, no se refiere a países en este mundo, sólo a conceptos espirituales. 

Los griegos son los deseos de disfrutar dentro de cada uno de nosotros, los macabeos son las intenciones de otorgar y la guerra es entre aquellos que quieren actuar para sí mismo y aquellos que hacen un llamado al otorgamiento. Esa confrontación ocurre dentro de cada uno.
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De la lección diaria de Cabalá 10/dic/20, “Janucá

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